LOS DONES DE LA PASCUA: LA VIDA



Podemos mirar la humanidad de muchas maneras: partida en dos, norte de la abundancia y sur de la necesidad; llena de fronteras, distinguiendo bien una lengua de otra, una raza de otra, una cultura de otra; enfrentada violentamente en nombre de las religiones del planeta. ¡Cuánta esclavitud, cuánto sometimiento, cuánta división, cuánta ceguera entre los habitantes del mundo! Pero nadie nos quita, mirar hoy la humanidad en el amor del Padre ¡Qué dignidad, qué belleza, qué libertad, qué creatividad, la de la humanidad, y la de cada ser humano salido de la mano creadora del Padre! 

Podemos mirar la humanidad en Jesús, que derrama vida abundante. Ahí todos somos hijos/as de Dios y hermanos/as todos. ¡Qué profunda relación de Jesús con cada ser humano! Tanta, que la compara con la que existe en el seno de la Trinidad, entre el Padre, el Hijo y el Espíritu. Jesús es el buen pastor que comunica vida y la comunica amando a todos, haciendo de su vida un don. Podemos mirar la humanidad llena del don de la vida, que Jesucristo le regala con su Pascua. Vida que vence a la muerte, Vida que derriba los muros del odio y hace de todos un pueblo libre de hermanos y hermanas. Vida que nadie puede arrebatar porque es regalo que el Padre ha puesto en las manos de Jesús para la humanidad. Vida que todos los hombres y mujeres de bien estamos llamados a alumbrar, alentar, proteger y defender.

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