¿Para qué nos sirve que Cristo haya resucitado?


En una cultura como la nuestra en la que el criterio para decir si algo tiene valor o no es el de la utilidad, en el que la dignidad humana se mide por la utilidad profesional o social; en la que ante cualquier novedad lo que espontáneamente surge para saber si vale es preguntarse para que sirve, resulta difícil proponer la fe que, en el sentido utilitarista y materialista de esta mentalidad, no sirve para nada. Aunque sirva para lo más importante: para vivir la vida en plenitud.

Pero hagámosle el juego a la cultura dominante y preguntémonos: ¿Para que nos sirve que Cristo haya resucitado? Pues bien, en los mismos relatos evangélicos encontramos para que les sirvió a sus saberlo y comprobarlo:

1. Les sirvió para dejarse sorprender por Dios, “que hace nuevas todas las cosas”. El Resucitado topó con su sorpresa radical que les situó por unos instantes en la duda y la obstinación.

2. Les sirvió para dar un vuelco radical y positivo en su vida. El Resucitado obró la peripecia de cambiarlas por completo: de la tristeza a la alegría, de la huida a la vuelta, de la duda a una fe rendida e incondicional.

3. Les sirvió para recibir la máxima consolación, la de una paz única e incomparable. Siempre que se aparecía ante ellos se la daba.

4. Les sirvió para abrirles el entendimiento, como se dice de los discípulos de Emaús, al conocimiento del plan de Dios, y a poder entender desde éste plan todas las cosas del mundo con una profundidad sin igual.

5. Les sirvió para poder ser participes de su divinidad, de su consustancialidad con el Padre, para toda la eternidad.

6. Les sirvió para poder tener siempre su presencia, en cualquier momento y en cualquier lugar, la presencia misma de Dios, que les había prometido que estaría “todos los días hasta el fin del mundo” con ellos, y que “donde dos o tres estuviesen unidos en su nombre” él estaría en medio de ellos.

7. Y les sirvió para poder adorarle “en espíritu y verdad”, del único modo como se puede adorar a Dios.

Lo mejor de todo es que estas siete “utilidades” que trascienden cualquier mezquina utilidad en la vida, las podemos disfrutar nosotros exáctamente igual. La pregunta ya no es para que sirve la Resurrección de Cristo, sino para que sirven todas las demás cosas que podamos saber o tener en la vida.

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