ENCANTO DE LO COTIDIANO


CADA AMANECER somos invitados, ante la vida, para decidir cómo queremos vivirla: con una actitud positiva “mirando”, "escuchando”, alabando, agradeciendo todo DON de Dios; descubriendo pequeñas señales de su Presencia, sus huellas en la creación; o por el contrario nuestra conciencia se despierta al recuerdo de los problemas, las dificultades, los conflictos sin resolver... Y así, poco a poco, sin apenas darnos cuenta, una densa neblina irá aprisionando nuestra energía, envolviéndonos el corazón, que comenzará a perturbarse, ofuscarse, agitarse para terminar afanándose violentamente en todo lo que, a lo largo de la jornada, venga a nosotros.
AL DESPERTARNOS el Espíritu Santo, Espíritu de Vida y Verdad, viene en nuestra ayuda y nos recuerda que nuestra vida está en las Manos del Padre, que Jesús es Amigo verdadero, que acompaña nuestro caminar.
Ven, Espíritu santo,
despierta nuestra capacidad
de ver y sentir la verdad interior
que trae todo acontecimiento.
Ven, Espíritu Santo,
cambia nuestros sentimientos negativos,
rompe la cáscara dura, triste y amarga
que nos rodea el ánimo.
Ven, Espíritu Santo,
activa en nuestro interior
entrañas de compasión y misericordia
para que derramen amor sin condiciones.
Ven, Espíritu Santo,
para que el amor y la vida
sean una oferta permanente,
abierta a quien lo quiera recibir.
Cipe

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