Francisco recibe a un grupo de madres en el Vaticano antes de iniciar su viaje oficial a Kenia, Uganda y República Centroafricana

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El papa Francisco recibió muy temprano en la residencia de Santa Marta este miércoles 25 de noviembre a once mujeres con seis niños provenientes de una Casa refugio para las víctimas de la violencia domestica y de la trata de la prostitución.
La fecha no es una coincidencia. Hoy se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, instituido por la ONU.
Don Corrado, el limosnero papal, acompañó hasta el Vaticano a las mujeres víctimas de la violencia, de nacionalidad italiana, nigeriana, rumana y ucraniana, huéspedes de una estructura administrada por una congregación de religiosas italianas.
Un abrazo de las “madres” olvidadas en las “periferias del corazón” -como dice Francisco- que traían un deseo de “buen viaje” al pontífice, que a primera hora de la mañana inició su 11º Viaje internacional rumbo a Kenia, Uganda y República Centroafricana (25-30 de noviembre).
El avión A330 de Alitalia con el Santo Padre a bordo salió esta mañana del aeropuerto de Fiumicino-Roma. El vuelo llegará después de 7 horas de vuelo al aeropuerto internacional “Jomo Kenyatta” de Nairobi en Kenia (17 hora local/15 de Roma).
En de su tradicional maletín negro ejecutivo, Francisco lleva consigo un mensaje universal. “Anhelo llevar a África el amor y el mensaje de la paz y de la reconciliación de Cristo”, dijo el papa en sus video-mensajes en vísperas de su viaje apostólico al continente africano.
Mi visita a Kenia y Uganda es para confirmar a nuestros hermanos en la fe”. “Y voy a Centroáfrica en calidad de mensajero de la paz”, era el aliento del Obispo de Roma a pocos días de iniciar el viaje más delicado a nivel de seguridad y riesgos personales.
El Papa ha predicado en América, Europa y Asia la paz fruto de la justicia; ahora llevará el mensaje a África. Allí una Iglesia hospital de campaña atiende a niños, ancianos y mujeres en dificultad, entre otros.
Una Iglesia de puertas abiertas -“nada de puertas blindadas”- que educa y forma jóvenes para el futuro.
Francisco no podía faltar a esta cita con el Evangelio de la Misericordia que abrirá su puerta santa en la periferia del mundo, exactamente en la catedral de Bangui, el próximo 29 de noviembre por su propia voluntad.
“¡Buen viaje!”, le desearon a Francisco las mujeres golpeadas en su rostro y alma o tratadas como mercancía sexual que encontraron refugio en la Iglesia.
Fueron ánimos esperanzadores para que el líder espiritual de la Iglesia católica lleve su mensaje de paz que incluye un alto a la violencia contra las mujeres y la trata en África y para que el megáfono de los medios de comunicación lo extienda al mundo entero.
Aleteia

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