¿QUÉ CELEBRO ESTOS DÍAS?


Me paro, respiro, sueño más y pienso menos.

Imagino la escena que celebro estos días, mi mente se aparta de fiestas, comidas y regalos. Me centro. Voy a lo esencial, buceo en mi interior. Todo es secundario.

Contemplo. Camino hacia el misterio. Me imagino la escena del portal de Belén. Otro tiempo, otra ciudad. Intento sentir el frío del viento, la humedad del invierno. Veo la preocupación de María y la desesperación de José. Presto atención. Cada detalle, cada rostro, cada diálogo. Me sitúo ante la escena como un "esclavito indigno" [EE.EE. 114]. En silencio, acompañando.

Sigo contemplando. Otra vez José, María, Jesús, pastores...Me fijo y veo la esperanza y la alegría que traspasa la escena. La noche dónde el misterio del Hombre y el misterio de Dios se unen en amor infinito. Quizás la preocupación y la desesperación se tornan alegría y ternura ante un futuro incierto que huele a Salvación...

Miro mi vida y me surgen miles de preguntas: ¿Qué me quiere decir Dios aquí? ¿Qué reflejo queda en mi vida de esta escena? ¿Qué celebro estos días? ¿Qué puedo hacer por ese Niño?

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