Precisamente porque todo sigue igual, yo decido “vivir resucitado”. Vivir resucitado porque deseo infundir esperanza y solidaridad en mi entorno laboral. Vivir resucitado porque, hoy más que nunca, quiero ser un hombre o mujer de confianza para mis seres queridos.
Urge vivir resucitado porque quiero ayudar a transformar la tristeza en alegría, el egoísmo en solidaridad. Decido vivir resucitado porque soy yo el que cree verdaderamente en su corazón que Cristo al tercer día resucitó.
Urge vivir resucitado porque quiero ayudar a transformar la tristeza en alegría, el egoísmo en solidaridad. Decido vivir resucitado porque soy yo el que cree verdaderamente en su corazón que Cristo al tercer día resucitó.
E Ignaciana
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