¿POR QUÉ SUFRIMOS?



Si miramos el mundo descubrimos muchas cosas buenas, 
pero al mismo tiempo, injusticias, guerras, sufrimiento... en definitiva, mal. ¿Acaso Dios no lo ve?, ¿es que Dios lo permite? Es la eterna pregunta con la que se han estrellado hombres y mujeres a lo largo de los siglos. El dilema de si Dios es todopoderoso y permite el mal no es bueno. Y si es bueno pero lo permite, ¿entonces es que no es Todopoderoso?
El mal y el sufrimiento nos recuerdan que hemos sido creados libres, invitados a vivir desde el amor y el bien. Y que no somos dioses, somos hombres, limitados. Por eso como cristianos estamos especialmente llamados a cuidar y acompañar todas estas situaciones de sufrimiento del mundo en el que vivimos.

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