MIEDO


No tengáis miedo
al poder de los profetas,
la verdad de los testigos;
el silencio de los sabios,
o la palabra de los maestros.
Que todo eso,
aunque a veces duela,
abre caminos.
Temed, si acaso,
el poder injusto,
la verdad encadenada,
el silencio de las víctimas
y la palabra engañosa
de vendedores de vacío.
Que todo eso,
aunque a veces convenga,
rompe el mundo.
Pero oponed al temor
manos abiertas para servir,
vuestra historia reconciliada,
el silencio de una oración habitada,
y la palabra de amor sincero.
Que todo eso,
fácil o difícil,
es Dios mismo en vosotros,
y vosotros en Dios.


No hay comentarios:

Publicar un comentario