VIAJE APOSTÓLICO DEL PAPA A CHILE

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Tras la visita a la cárcel femenina, el Papa habló del “momento de turbulencias” que sacude al clero en Chile. Lo hizo este martes 16 de enero de 2018 en la Catedral de Santiago.

En su encuentro con los sacerdotes, los diáconos, los seminaristas, las religiosas y los religiosos chilenos, Francisco sostuvo que conoce el dolor de los escándalos de abusos.

“Conozco el dolor que han significado los casos de abusos ocurridos a menores de edad y sigo con atención cuanto hacen para superar ese grave y doloroso mal”.

Así, el Papa se refirió al “dolor por el daño y sufrimiento de las víctimas y sus familias, que han visto traicionada la confianza que habían puesto en los ministros de la Iglesia”.

Subrayó el doble desgaste de los sacerdotes y religiosos fieles y del enfrentar el rechazo de la sociedad.

“Dolor – continuó – por el sufrimiento de las comunidades eclesiales, y dolor también por ustedes, hermanos, que además del desgaste por la entrega han vivido el daño que provoca la sospecha y el cuestionamiento, que en algunos o muchos pudo haber introducido la duda, el miedo y la desconfianza”.

“Sé que a veces han sufrido insultos en el metro o caminando por la calle; que ir «vestido de cura» en muchos lados se está «pagando caro». Por eso los invito a que pidamos a Dios nos dé la lucidez de llamar a la realidad por su nombre, la valentía de pedir perdón y la capacidad de aprender a escuchar lo que Él nos está diciendo”, manifestó.

Las palabras del Papa tuvieron eco en el templo monumental y principal del Arzobispo de la ciudad, a cargo del cardenal Ricardo Ezzati.

Ezzati saludó al Papa al inicio. Por ello, Francisco recordó sus palabras: “La vida presbiteral y consagrada en Chile ha atravesado y atraviesa horas difíciles de turbulencias y desafíos no indiferentes. Junto a la fidelidad de la inmensa mayoría, ha crecido también la cizaña del mal y su secuela de escándalo y deserción”.


El Papa hoy en su primer discurso en Chile en la Casa de la Moneda, manifestó su dolor y vergüenza por los abusos sexuales. Por otro lado, varios medios chilenos han dado voz a los laicos de la diócesis de Orsono que lamentan la presencia en la primera misa del Papa en el Parque O’Higgins del cuestionado obispo Juan Barrios.

El cuestionado obispo es catalogado por varios activistas a favor del dolor de las víctimas de abuso sexuales como un encubridor de Fernando Karadima.

La autoridad religiosa fue captada en varias oportunidades por la transmisión oficial del evento en compañía de los demás representantes de regiones.

Los laicos de Osorno han manifestado su constante rechazo a la asunción de Barros como máximo referente religioso en la zona, considerando los antecedentes que tendría.

El papa Francisco dijo al clero chileno: “No estamos aquí porque seamos mejores que otros. No somos superhéroes que, desde la altura, bajan a encontrarse con los ‘mortales’: somos enviados con la conciencia de ser hombres y mujeres perdonados”.

Asimismo, indicó: “Estamos invitados a no disimular o esconder nuestras llagas. Una Iglesia con llagas es capaz de comprender las llagas del mundo de hoy y hacerlas suyas, sufrirlas, acompañarlas y buscar sanarlas.”

El obispo de Roma ha aceptado el cambio cultural que está viviendo Chile, sin referirse al secularismo y la falta de vocaciones.

“Veo con cierta preocupación que existen comunidades que viven arrastradas más por la desesperación de estar en cartelera, por ocupar espacios, por aparecer y mostrarse, que por remangarse y salir a tocar la realidad sufrida de nuestro pueblo fiel”, destacó.

Al final, preguntó: ¿Cómo es la Iglesia que tú amas? ¿Amas a esta Iglesia herida que encuentra vida en las llagas de Jesús?.
No al clericalismo

Después del discurso al Clero el Papa se trasladó a la sacristía de la Catedral para su encuentro con los obispos en privado. Ahí les alertó del peligro del secularismo.

“La falta de conciencia de pertenecer al Pueblo de Dios como servidores, y no como dueños, nos puede llevar a una de las tentaciones que más daño le hacen al dinamismo misionero que estamos llamados a impulsar: el clericalismo, que resulta una caricatura de la vocación recibida”, dijo.

“El clericalismo se olvida de que la visibilidad y la sacramentalidad de la Iglesia pertenece a todo el Pueblo de Dios (cf. Lumen Gentium, 9-14) y no sólo a unos pocos elegidos e iluminados»”.

Entretanto, instó a los obispos a tener cuidado con la formación de los seminaristas para que sean servidores del pueblo. “Codo a codo, impulsando y estimulando al laicado en un clima de discernimiento y sinodalidad, dos características esenciales en el sacerdote del mañana”.

Francisco pidió a los obispos de Chile de evitar la “autopreservación eclesiástica”. “No al clericalismo y a mundos ideales que sólo entran en nuestros esquemas pero que no tocan la vida de nadie”.

El programa del Sucesor de Pedro continuará con la visita privada al Santuario de San Alberto Hurtado, SJ, y el encuentro a puertas cerradas con los sacerdotes jesuitas.

Aleteia

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