SONREIR, UNA DECLARACIÓN DE INTENCIONES

«También entre risas llora el corazón,
y la alegría termina en aflicción» (Pro 14, 13)

A veces hay sonrisas forzadas. Por las circunstancias. Porque no te apetece dar explicaciones. Porque parece que todos los demás se están divirtiendo muchísimo y tú eres el único que notas la lluvia dentro. Para evitarte preguntas. Ojalá, en esos momentos, encontremos la forma de quitarnos la máscara que nos protege pero al tiempo nos aleja de los otros. Ojalá encontremos alguien en quien confiar, y podamos contarle de nuestras tristezas, y nuestros esfuerzos, y de la falta de claridad de a veces. Porque hay momentos en que, si no nos mostramos vulnerables, no encontraremos la puerta al prójimo.

¿A veces tu sonrisa es una máscara?
Y con Dios, ¿también te pones máscaras?

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