SI LLEVAS A DIOS


Si llevas a Dios , en ninguna parte has de sentirte extranjero, porque Él estará en lo más dulce de todos los horizontes.

Si llevas a Dios, en ninguna parte estarás triste, porque, a pesar de la diaria tragedia , Él llena de júbilo el universo.

Si llevas a Dios, no tendrás miedo de nada ni de nadie porque nada puedes perder , y todas las fuerzas del cosmos serían impotentes para quitarte tu heredad.

Si llevas a Dios , ya tienes alta ocupación para todos los instantes, porque no habrá acto que no ejecutes en su nombre, ni el más humilde ni el más alto.

Amado Nervo

EVANGELIO DE SAN LUCAS 14, 1. 7-11

TODA LA INCERTIDUMBRE POSIBLE

 

Hubo un día en que nos sentimos seguros. El dinero aseguraba nuestra comodidad, la tecnología cubría de elegancia y posibilidades la vida diaria y la ciencia protegía nuestra salud, de manera tan sólida que ya ni Dios era necesario.

Hoy las cosas han cambiado. Sorprende leer y escuchar por todas partes que el futuro que nos ha planteado la pandemia es incierto. Que ya no se sabe muy bien qué es lo que vendrá. Me pregunto si la pandemia no ha puesto de manifiesto una gran verdad sobre el ser humano: su vulnerabilidad. Que nada construido por las personas es permanente, que el statu quo social, político y económico no es perpetuo.

¿Qué es lo que pensaría un ciudadano del imperio romano justo antes de la invasión bárbara?, ¿qué hicieron en la Sevilla del sigo XVI cuando les cerraron la ciudad por la peste negra?, ¿qué diría un profesional medio en la Alemania nazi la noche de los cristales rotos?...

Esta situación de miedo es una llamada para aprovechar la incertidumbre como motor de transformación. Justo antes de cada revolución, la incertidumbre emergía como la única seguridad. La incertidumbre que supone la enfermedad es posible contagiarla sobre tantos otros asuntos: ¿Cómo es posible que nuestros mayores se queden solos y aparcados en edificios gestionados por otros que hacen de ello, principalmente, un negocio?, ¿por qué no va a ser posible mejorar la democracia protegiendo el bien común y asegurando la independencia de los diferentes poderes públicos?, ¿por qué no invertimos en mejorar países en vez de generar fronteras inexpugnables?, ¿por qué no obliga la comunidad internacional a cesar la persecución contra los cristianos en tantos países?, ¿por qué se permite que haya guerra o hambre en algunos lugares mientras las potencias militares y económicas miran hacia otro lado?...

El ser humano ha descubierto que era tan frágil como para no poder añadir ni un segundo a su vida, tan dependiente como que no soportaría el incremento de unos grados más la temperatura del planeta, que estaba tan solo que nacería y moriría sin nadie, sin nada.

Sueño con que el ciudadano del siglo XXI recuerde que todo es incierto, lo que le descubrirá una nueva manera de entender la vida, el tiempo que resta. Abierto a los demás, cuidando de la casa común, protegiendo a los más gastados, dándose y regalándose porque, en realidad, lo único que verdaderamente tiene es a sí mismo y a su libertad para mejorar las cosas.

La incertidumbre es lo único seguro que siempre hemos tenido. Aunque suene paradójico, es la única certeza, la tierra sobre la que caminar la vida. Es también una puerta a la fe. Si el Hijo del hombre no tuvo donde recostar la cabeza, ¿por qué sería distinto para nosotros?



FLORES COMO RESPUESTA


 

TU REINO ESCONDIDO Y PRESENTE


El Reino de Dios se parece a... Mostaza y levadura. Pequeño y lleno de novedad. Transformador y acogedor. De vida y encuentro. Escondido y presente. Transformador y acogedor. Tu Reino, Señor, tu Reino. 

BNdiaria

NUNCA EL BIEN COMÚN ESTUVO EN TANTAS MANOS


 

REZANDO VOY, SJ. Día 30 de octubre 2020




 

ABRAN JUEGO, Y REPARTAN CULPAS


Repartir culpas es ya deporte nacional y se ha convertido en el arma defensiva de los irresponsables. Nunca mejor utilizado el concepto. Irresponsables son los que no se consideran responsables de lo que ocurra, incluyendo sus propios actos. Ni de su salud, ni de la del prójimo. En esto del virus podemos elegir cómodamente a quién cargar con el peso del contagio, en función de convicciones e ideologías. Abran juego: Wuhan, los chinos por un laboratorio descontrolado –para fans de teorías conspiranoicas–, el gobierno, porque no gestiona, Simón y su moto, la oposición porque no deja gestionar, los vecinos que no usan mascarilla (pero nunca uno mismo cuando no la usa, que siempre hay excusa); Trump, Putin, los turistas extranjeros que traen el virus sin hacerse PCR; los de Madrid; los catalanes; los aragoneses; los navarros (siempre se elegirá la comunidad a la que uno no pertenezca). Los jóvenes. Los viejos... Los del botellón, los de las celebraciones deportivas, los de... Siempre hay alguien a quien culpar. Y a veces las culpas son más que reales.

Salvo que pudiéramos ser honestos, por una vez, y dejarnos de discursos auto-exculpatorios para reformular la pregunta. Abandonar el: «¿de quién es culpa?» y mirar a la cara al: «¿qué puedo hacer yo?». Y sí, cada uno podemos hacer algo muy básico. Respetar y cuidar al máximo las medidas que se nos están pidiendo. Distancia social, mascarillas, higiene abundante, evitar el roce... También podemos exigir a quienes nos rodean que se comporten con la misma responsabilidad. Hay que seguir la información y aprender del presente. Si la mayoría de contagios se están produciendo vinculados a una forma de ocio despreocupado y veraniego, habrá que renunciar a lo que haya que renunciar, o adaptar nuestro ocio para poder vivirlo con cuidado y protección. Nunca el bien común estuvo en tantas manos. Y sí, evidentemente, esto no está reñido con exigir responsabilidades a otros, por la gestión y sus posibles deficiencias, o por comportarse como idiotas en algunas situaciones. Pero  ahora mismo lo urgente, lo imprescindible, lo esencial, es que cada uno demos de sí lo que podamos. O si no, las víctimas –sanitarias, laborales, económicas– seguirán creciendo.


 

DESPERTAR CON DIOS - MUSICA INSTRUMENTAL

LA GRANDEZA DE LA HUMILDAD


 

DAME DE BEBER


 

«PONER FIN A LA GUERRA ES EL DEBER DE LOS POLÍTICOS"


«Poner fin a la guerra es el deber impostergable de todos los líderes políticos ante Dios. La paz es la prioridad de cualquier política. Dios le pedirá cuentas a quienes no han buscado la paz o han fomentado las tensiones y los conflictos durante tantos días, meses y años de guerra que han golpeado a los pueblos». Así de contundente se ha mostrado el Papa Francisco en su discurso durante el Encuentro Internacional de Oración por la Paz organizado este martes en la Plaza del Capitolio en Roma por la Comunidad de Sant’Egidio y en el que han participado numerosos representantes religiosos –entre ellos el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I– y líderes políticos como Sergio Mattarella, presidente de la República Italiana.

Durante su intervención, el Santo Padre ha advertido ante el riesgo de que el mundo, la política y la opinión pública se acostumbren al mal de la guerra «como compañero natural en la historia de los pueblos». «Dolores de guerra», ha dicho, que se ven agravados por la pandemia del coronavirus y la imposibilidad de acceder a los tratamientos necesarios. «¡Necesitamos la paz! ¡Más paz! No podemos permanecer indiferentes», añadió.

En este sentido, se ha preguntado por cómo salir de conflictos estancados y gangrenosos, desatar los nudos enredados de tantas luchas armadas, prevenir conflictos o pacificar a los señores de la guerra y a los que confían en la fuerza de las armas. La respuesta es «la fraternidad».

Recordando una idea que viene repitiendo en los últimos tiempos y está recogida en la encíclica Fratelli tutti, el Pontífice ha recalcado que «ningún pueblo, ningún grupo social puede por sí solo lograr la paz, el bien, la seguridad y la felicidad». Y ha añadido: «Ninguno. La lección de la reciente pandemia, si deseamos ser honestos, es la conciencia de ser una comunidad mundial que navega en una misma barca, donde el mal de uno perjudica a todos».

«La fraternidad, que nace de la conciencia de ser una sola humanidad, debe penetrar en la vida de los pueblos, en las comunidades, entre los gobernantes, en los foros internacionales. De esta manera, aumentará la conciencia de que sólo podemos salvarnos juntos encontrándonos, tratándonos, evitando las peleas, reconciliándonos, moderando el lenguaje de la política y de la propaganda, desarrollando caminos concretos para la paz», ha concluido.

El ejemplo de las religiones

Francisco ha puesto como ejemplo los pasos dados por las religiones en materia de diálogo y ha dicho que «es un signo de esperanza que nos anima a trabajar juntos como hermanos». «Así hemos llegado al importante Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y convivencia común que firmé con el gran imán de al-Azhar, Ahmed al-Tayyeb en 2019», ha recordado.

Y ha añadido: «Los creyentes han entendido que la diversidad de religiones no justifica la indiferencia o la enemistad. En efecto, partiendo de la fe religiosa, uno puede convertirse en artesano de la paz y no en espectador inerte del mal de la guerra y del odio. Las religiones están al servicio de la paz y la fraternidad. Por eso, el presente encuentro también impulsa a los líderes religiosos y a todos los creyentes a rezar con insistencia por la paz, a no resignarse nunca a la guerra, a actuar con la fuerza apacible de la fe para poner fin a los conflictos».

Alfa y Omega

EVANGELIO DE SAN LUCAS 6, 12-19

NO TE CONVIERTAS EN TU REFERENTE


Vivimos en un mundo con grandes ansias de poder. Todos quieren triunfar en esta vida y ser recordados por el éxito que cosecharon. Es más, parece que si no se han producido grandes hazañas en nuestra biografía es como si nuestra vida no hubiese tenido sentido. Este tipo de conductas nos llevan a ser individualistas y a convertirnos nosotros mismos en nuestro propio referente. Así es el mundo en el que vivimos cotidianamente.

Sin embargo, Jesús nos presenta como referente a un niño. Nos dice que nos debemos hacer como uno de los pequeños. Personas humildes que no confían en sus propias fuerzas, sino en las de Dios. Seres humanos que conocen sus limitaciones y, por ello, ponen sus esperanzas sólo en Él. Así pues, seamos humildes, esperanzados, conectados en todo momento con Jesús y, de este modo, daremos un testimonio de fe ante el mundo que nos rodea.

E Ignaciana

REZANDO VOY. SJ. Día 29 de octubre 2020


 

SER TESTIGO DE LA ALEGRÍA DE CREER



El testimonio de los mártires de todos los tiempos no deja de alentarnos hoy para anunciar, a tiempo y a destiempo, la Buena Noticia del Evangelio
El amor misericordioso de Dios que viene a nuestro encuentro es una buena noticia que no podemos guardarnos para nosotros. El encuentro con Jesús hace arder nuestros corazones y nos lanza llenos de valentía y entusiasmo a dar testimonio de este encuentro, a encender los corazones de otros… a ser fuegos que encienden otros fuegos.
Como nos recuerda el Papa Francisco, evangelizar no es hablar de Dios, no es justificar su existencia. Anunciar al Señor es ser testigo de la alegría de conocerlo.
 




DAME TU PAZ, SEÑOR

 


CONFÍA EN ÉL


 

FELIZ EL HOMBRE QUE SE DEJA GUIAR POR EL ESPÍRITU DE DIOS


Feliz el hombre y la mujer
que se sabe en camino
y sin dar cabida en su corazón a estériles fantasías
se enfrenta cada día con su propia realidad

Feliz el hombre y la mujer
que no se considera desprovisto de dones
y cultivándolos delicadamente
se abre a la llamada del amor, a la llamada de Dios.

Feliz el hombre y la mujer
que se reconoce necesitado y hambriento
de un más allá que supere los límites de su yo posesivo.

Feliz el hombre y la  mujer
que huye de las respuestas prefabricadas,
de los modos y las modas impuestas
y busca, aunque se sienta solo e incomprendido,
la verdad que libera de toda rutina,
de todo aburrimiento,
de todo sin-sentido,
de todo aquello que le invita a desperdiciar su vida.

Feliz el hombre y la mujer
que cultiva las raíces de la fraternidad universal
y acepta que su vida será más bella y fecunda
si comparte sus dones con los más pobres de la tierra.

Estos hombres, estas mujeres
serán luz en la historia de los hombres;
y los miedos, vacíos y desesperanzas serán vencidos
por la fuerza de su entrega,
por la fuerza de su amor.

R de Luz

... EN LA GRATUIDAD

 

Hemos construido una sociedad injusta, dependiente de un dinero repartido desigualmente entre las personas que la componen. Y es que ya nos hemos creído que el dinero lo puede todo, “poderoso caballero es don dinero” dijo ya Quevedo entonces, un dinero que nos trasforma y condiciona la vida, y nos dice quiénes somos y que podemos en la sociedad en que vivimos “…quien hace iguales al duque y al ganadero…al bajo ensilla y al cobarde hace guerrero”

Hemos ido haciendo al dinero cada vez más necesario mientras la gratuidad y Dios se hacían más innecesarios. Quizás se deba a que Dios no pertenece a esa lógica del dinero “no podéis servir a Dios y al dinero” (Lc 16,13), ni del individualismo, lo rentable, lo utilitario... Para conseguir una sociedad justa y fraterna no se necesita tanto del dinero, como de la gratuidad; esta gratuidad podría ser la moneda del reino de Dios, en el que el cariño y el tiempo compartido, las alegrías y las dificultades… la vida, no se compran, sino que se dan y se comparten. Con la alegría profunda y sincera de quien encuentra sentido y gusto en el dar y darse a los demás y con los demás. 

Dios se encarna diariamente en la gratuidad, en los corazones generosos, en la gente comprometida con los no-rentables, en la humildad, de quien se hace pequeño acogiendo, compartiendo… con las personas empobrecidas, las excluidas, marginadas, migrantes, las que sufren indignidad, las que pasan hambre… los/as favoritos/as de Dios.

 «Gratis lo recibisteis; dadlo gratis...» (Mt 10,8). La gratuidad produce en el mundo lo mismo que la luz del atardecer en un horizonte; el paisaje sigue siendo el mismo, sin embargo, lo transforma totalmente. Gracias padre bueno, por todos los motivos que tenemos para dar gracias cada día y que tu nos los pones ahí, gratuitamente. Gracias por todas aquellas personas que dan y se dan sin buscar recompensa. 

 “…Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno…” San Ignacio de Loyola

EVANGELIO DE SAN LUCAS 13, 1-9

CADA DÍA ES UN REGALO

A pesar de la pandemia, vivir cada día como un regalo a estrenar sacando todo el jugo a nuestro presente.

 

MARÍA ES BIENAVENTURADA


María es bienaventurada. Hizo de la Palabra seguimiento y espera, servicio y generosidad en el darse, en el acompañar, en buscar. La Palabra estaba con ella y ella con la Palabra.

BNdiaria 

NO TE RINDAS


 

UN SIGNO


¿Qué más signo, Señor,
nos hace falta?
Los pobres, en su hambre,
señalan el amor como camino.
Los niños, en sus juegos,
eligen lo sencillo como escuela.
Los profetas, gritando,
reclaman tu verdad y tu justicia.
Las víctimas de guerras
aspiran a la paz como horizonte.
Los presos de un espejo
envuelven en sonrisas la tristeza.
Los ídolos de barro
sepultan bajo fango la belleza.
Los que se hacen preguntas
intuyen tu palabra en el silencio.
Los muertos, en su sueño,
piden la eternidad como respuesta.
¿Qué más signo, Señor, necesitamos,
para volver el tiempo sementera,
para apostar la vida al evangelio,
para buscar la tierra prometida,
para elegir tu senda?

jmolaizola- E ignaciana 

LA GRANGERA


Cuando de pequeña me decían que alguien había muerto y se había ido al cielo, pensaba cómo sería ese cielo al que vamos todos y en el que está Dios con nosotros. Y casi siempre me venía la misma imagen, una granja grande, muy grande, donde Dios cuidaba a cada ser que está en ella. Es una granja en la que hay cultivos y animales de todo tipo, hay una gran huerta donde todo el que quiera puede ir a coger las hortalizas que necesite, hay un pilón grande con agua transparente donde todos los niños del mundo podemos jugar, y donde cada tarde nos juntamos a la sombra del almendro a escuchar y a compartir nuestras alegrías, a escuchar a Dios y a compartir con él nuestra fe y nuestros sentimientos más profundos.

Lo que más me gusta de esa granja del cielo es que todo el mundo cabe, los grandes y los pequeños, los ancianos y los niños, y todos cuidamos de todos, hay tiempo para reir y para trabajar, para visitar a los amigos y para jugar con los niños. El Gran Granjero coge una bici en una esquina de la granja y se va por todos los lugares, hablando y acogiendo a cada uno de los habitantes, acompaña a una granjera en el tractor a poner paja a las vacas, se para cuando ve a un agricultor preocupado porque no llueve, y camina junto a una abuela que va pensando en sus nietos; acompaña a los pastores cuando llevan las ovejas al campo, busca agua en cada pozo vacío, y llama a todos los niños y niñas de la granja y les junta para enseñarles y compartir con ellos.

En las granjas de todo el mundo, y de cualquier continente, los granjeros y las granjeras cuidan de cada ser que las habita, y procuran los alimentos y la paz para todos. Dios está en cada granja del mundo, en la huerta pequeña donde da fuerzas a un jubilado para que lleve alimentos a su familia, en las granjas de África donde los agricultores y campesinos sacan alimentos de tierras fértiles y las que no lo son tanto, en las granjas de Asia, de Australia o de América donde las extensiones son grandes y el trabajo es mucho….

Dios creó el mundo y cuando lo creó, puso animales, plantas y personas para que nos cuidáramos unos a otros, las personas tenemos la gran responsabilidad y el gran compromiso de cuidarnos y de cuidar la creación, por eso en cada granja del mundo está El Gran Granjero Dios, que nos cuida a todos y sabe lo que necesitamos en cada momento.  


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 12, 54-59

TRÁEME SU VOZ


Luz de la mañana, 

semilla pequeña, 

camino que empieza, 

tráeme Su voz. 

Fiera noche negra 

cerrada y eterna, 

sin apenas brecha, 

tráeme Su voz. 

No esperes mañanas 

porque nunca llegan. 

Busca y, si la encuentras, 

tráeme Su voz. 

Ana Medina

ESTAMOS EN SUS MANOS


 

SALMO 65


 

VUESTRA SOY

SOLIDARIDAD Y COMPROMISO

Las Hermanas Siervas de la Divina Providencia de Catania han ofrecido al Vaticano la utilización gratuita de uno de sus edificios de Roma para acoger a 60 refugiados que lleguen a Italia a través de corredores humanitarios, según informó ayer la Limosnería apostólica. 

Se trata de una estructura ubicada en Vía della Pisana que será confiada a la Comunidad Católica de San Egidio, que ayuda desde 2015 a refugiados sirios, del Cuerno de África y de la isla de Lesbos a llegar a Italia a través de estos “corredores humanitarios”.

Los llamados “corredores humanitarios” son un proyecto impulsado por la Comunidad de San Egidio, la Federación de las Iglesias evangélicas y la Iglesia Valdese, que ofrece a estas personas que huyen de sus países en conflicto vías legales y seguras para llegar a Europa, para evitar así que se pongan en manos de traficantes de personas. 

Desde 2015, más de 2.600 personas han sido acogidas por estas vías en Italia, entre ellas un gran número de menores.

Cope

EVANGELIO DE SAN LUCAS 12, 49-53

LO QUE DIOS QUIERE...


 

BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS


Una congregación de religiosas cede al #Papa su residencia de #Roma para que sea utilizada por #Refugiados que llegan a #Italia por los #CorredoresHumanitarios. Estará destinada a mujeres solas con hijos y familias y de la gestión se ocupará la #Limosnería y @santegidionews.

Eva Fernández