DANOS ENTRAÑAS DE MISERICORDIA


Danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana. Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y amor...

DAME UN CORAZÓN SAMARITANO

VUELVE TU MIRADA AL PADRE


En tiempos de incertidumbre y preocupación como los que vivimos, cuando el agua se nos echa al cuello y se hace difícil dibujar una salida, nos descubrimos una vez más necesitados de una mirada cálida y esperanzadora. 

No podemos cambiar lo que nos ha llevado a la prueba, pero la Cuaresma nos ofrece una gran oportunidad para vigilar que no alimentemos esas leyes de tristeza, de soledad y de oscuridad que nos arrastran con fuerza de muerte. 

Quizá aceptar nuestra pobreza con sencillez y poco a poco ir apartando ruidos fatalistas y falsas satisfacciones inmediatas pueda abrirnos un poco más a la escucha del cercano y del Cercano. Oportunidad de apartar lo que estorba y volvernos a la mirada cálida y esperanzadora del Padre que nos hace brotar de nuevo.

E Ignaciana

EVANGELIO DE SAN MATEO 5, 43-48

NO TENGAS MIEDO


Quien tiene miedo a entrar en el silencio, quizá tenga miedo a sí mismo. No tengas miedo. Allí te espera el Amor más grande. Como dice este cartujo, «la soledad y el silencio son huéspedes del alma». Dales la bienvenida.

EL SILENCIO ESCULPE A LAS PERSONAS


 

TU PALABRA NOS CAMBIA EL CORAZÓN


 

REZANDO VOY, SJ. Día 26 de febrero 2021


 

SEGUIRTE ES DAR NUESTRA VIDA


Desde el momento en que entendí cómo era Dios para mí, supe que ya solo podía vivir para él. (Carlos de Foucauld)

El hermano Roger Schutz decía a menudo que lo que querían vivir en Taizé era una parábola de comunión. Creo que es una de las definiciones más certeras y hermosas de lo que es la vida consagrada.

La vida consagrada ha sido admirada, temida, «sacralizada», encumbrada, puesta como ejemplo y, también, ha sido incomprendida, perseguida, ninguneada, insultada, asimilada, domesticada, dada por muerta… (¡se lee cada cosa en internet!). Pero la vida consagrada, en el fondo, es algo muy sencillo y fácil de entender: es una manera de vivir la libertad, es un modo de vivir la pasión por Dios y por sus cosas, es una forma de decir «sí».

No faltan quienes se esfuerzan por expresar motivos, por explicar razones, por dar argumentos… Pero creo que, verdaderamente, la vida consagrada no debería de perder mucho tiempo, ni dedicar demasiada energía, en explicar, en convencer, en declarar… Más bien, la vida consagrada está llamada a ser transparente, a mostrar con su vida que Dios está enamorado y pierde el sentío por su pueblo y, de una manera especial, por los más pobres. Más bien, la vida consagrada, con toda humildad y, por ello, con toda verdad, está llamada a ser signo de que solo Dios basta. La vida consagrada, por vocación, se sabe instrumento; se sabe manos, corazón y rostro de Dios hoy en el mundo… La vida consagrada se sabe habitada por el Dios de la vida y se sabe también formada por personas frágiles pero seducidas, incoherentes pero ilusionadas, pecadoras pero salvadas… Se sabe formada por personas que un día se dejaron encontrar por el Señor y Él les cogió alma, vida y corazón…

La Regla de la comunidad de Taizé termina con una oración; que estas palabras del hermano Roger se hagan vida en aquellos que, al descubrir cómo era Dios, ya solo pudieron vivir para él.

Cristo Señor, manso y humilde de corazón,
nosotros escuchamos tu suave llamada:
«Tú, sígueme».
Tu nos comunicas la vocación,
para que juntos vivamos una parábola de comunión,
y, para que arriesgando toda una vida,
seamos fermento de reconciliación
en esa irreparable comunión que es la Iglesia.
Concédenos responder animosamente,
sin estancarnos en los pantanos de nuestros aplazamientos.
Ven; que estemos como suspendidos del soplo de tu Espíritu,
de lo único esencial fuera de lo cual nada nos mueve a recomenzar nuestra marcha.
A quien sabe amar, a quien sabe sufrir contigo
le pides que se olvide de sí mismo para seguirte.
Cuando, para amar contigo y no sin ti,
es necesario abandonar tal o cual proyecto contrario a tu designio,
ven, tú, Cristo, a abrirnos a la apacible confianza:
que sepamos que tu amor no nos dejará nunca,
y que seguirte es dar nuestra vida.

EVANGELIO DE SAN MATEO 5, 20-26

EN TU REGAZO

PASA POR LA VIDA HACIENDO EL BIEN


Siembra creyendo que en las semillas que plantas ya está el bosque que sueñas. Y saber que, al final, solo contará el amor que hemos dado y el bien que hemos hecho.

CREE EN EL EVANGELIO


 

REZANDO VOY, SJ. Día 25 de febrero 2021


 

¿EN QUÉ HAY QUE CONVERTIRSE?


 El tiempo de Cuaresma es un momento en el que se nos invita especialmente a la conversión. La conversión es una realidad compleja, es decir, no es fácil concretar en qué consiste. A veces los temas complejos necesitan de definiciones sencillas, por un lado, para dejar claro que son complejos; y por otro, para poder avanzar en su comprensión; algo así, como empezar poniéndolo fácil para después ir cargando los matices. Una definición sencilla sería: la conversión consiste en girar (dar un giro) a nuestra vida.

Y ahora, los matices. Para poder girar es necesario un eje sobre el cual realizar el giro, de otro modo (lo más probable) es iniciar una serie de movimientos deslizantes que básicamente nos dejan peor de como estábamos. Es decir, no giramos, sino que nos vamos desparramando como plastilina, como una masa que no puede recuperar su forma y que abandona el movimiento para entrar en otro estadio cinético: la flotación; como una mancha de chapapote, que unas veces va a la deriva, y otras la lleva la marea. Y que cree que tiene vida propia porque se expande, pero donde no hay rumbo, ni horizonte. Aquí no hay conversión que valga, sino una desesperante disolución en el océano de la vida, el consumo, las neurosis y demás marejadas de nuestro tiempo global.

Afirmado que necesitamos un eje, esperar que este no seamos nosotros mismos. Sin duda que es necesario un 'yo' sano, bien armado, capaz de llorar ante lo sublime y de gozar de los placeres de la vida. Lo que siempre se ha entendido como una persona normal. Pero si el eje somos nosotros mismos entonces no hay giro, sólo contorsionismo (movimiento anómalo del cuerpo o de parte de él, que origina una actitud forzada y a veces grotesca, dice el diccionario de la Academia). Grotesco, ridículo, eso es lo que conseguimos cuando pretendemos cambiarnos a nosotros mismos. Actitudes forzadas, no interiorizadas, que terminan por desaparecer, o lo que es peor todavía, por enquistarse. Y entonces se convierten en un problema para nosotros, y para los demás. La santidad conseguida por nosotros mismos se convierte en un martirio para los que nos rodean.

La Cuaresma nos recuerda que el eje es el Dios de Jesús. Y así, sí es posible girar, porque está fuera de nosotros. Y no es nuestro empeño el que nos cambia, sino su llamada la que nos conmueve, y nos hace virar nuestro rumbo. No son nuestros méritos, sino la confianza que genera su presencia, lo que puede hacer que nos convirtamos. En esta cuaresma hay invitaciones imperiosas para girarnos. En primer lugar, de nuestro narcisismo agotador. Dios nos llama a escuchar los gemidos de un mundo sufriente para que nos volvamos y nos detengamos: a auxiliar, a compartir. Se nos invita, también, a girarnos hacia el silencio: sobran palabras, mensajes, correos electrónicos, voces... nos llama al desierto. Para encontrarse con nosotros cara a cara. Se nos invita, una vez más, a girar del consumo, no para ahorrar, sino para generar misericordia. No para gastar con prudencia, sino para compartir, para dar, para vaciarnos. Se nos invita, también, a girar de la sospecha a la confianza. No podemos ver fantasmas por todas partes, sólo lo negativo, siempre segundas intenciones. Jesús camina sobre las aguas, y no es un fantasma, para recordarnos que la creación está preñada de su presencia. El reino de Dios está entre nosotros, y no podemos reconocerlo si no lo miramos con los mismos ojos de confianza y misericordia de Dios.

Evangelio de san mateo 7, 7-12

CONVIÉRTETE


 

¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO?


"Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo?" Comenzamos la semana con una respuesta que va a marcar nuestra vida y como la viviremos, conforme sea nuestra respuesta así será nuestra relación con Él.

M Escribano

SU PALABRA ILUMINA NUESTROS PASOS




 

HAZ QUE VIVAMOS EL EVANGELIO DEL ENCUENTRO


Haz que vivamos el Evangelio del encuentro:
ayúdanos a humanizar la tierra y a crear fraternidad,
llevando las fatigas de quien está cansado
y no busca más,
la alegría de quien espera, de quien busca,
de quien custodia signos de esperanza.

Espíritu Santo, Fuego que ardes,
ilumina nuestro camino en la Iglesia y en el mundo.
Danos el coraje del anuncio del Evangelio
y la alegría del servicio en la cotidianidad de los días.

Abre nuestro espíritu a la contemplación de la belleza.
Custodia en nosotros la gratitud y la admiración por la creación,
haz que reconozcamos las maravillas
que tú realizas en todo viviente.

María, Madre del Verbo,
vela sobre nuestra vida de  mujeres consagradas,
para que la alegría que recibimos de la Palabra
llene nuestra existencia, y tu invitación
a hacer lo que el Maestro dice (cf. Jn 2, 5)
nos encuentre activos intérpretes en el anuncio del Reino.

Papa Francisco

MARÍA EN EL TIEMPO DE CUARESMA


El tiempo de cuaresma es un tiempo para escuchar más de cerca la Palabra del Señor; es además, tiempo de oración y de profundización en el bautismo. Son estos elementos los que nos llevan a que sea también un tiempo de penitencia. No se logra llegar a lo esencial sin dejar a un lado ‘otras cosas que valen menos’.

* María: la liturgia nos presenta en este tiempo a la Virgen como modelo de creyente que medita y escucha la Palabra de Dios.

* María, obediente a la voluntad del Padre, camina también Ella hacia la cruz.

* María: ha sido vista así por la tradición cristiana muy cerca a la cruz. Es verdad que existe un ropaje que nos dificulta ver a María como creyente obediente al Padre, creyente que hace también un camino de fe y de subida a Jerusalén. La presencia de las procesiones cuaresmales, la presencia de María en esas procesiones, con tanta fuerza, responde a una teología válida: María sentida y celebrada como creyente fiel, como compañera privilegiada del Hijo que se entrega. Catequesis y celebración tienen el deber de realizar el deber que subyace.

* María: en el camino cuaresmal, la figura de María aparece con sobriedad, con discreción, con sigilo, casi de puntillas. El centro de la cuaresma es la profesión bautismal y los compromisos que ella supone. En definitiva, el centro cuaresmal es la preparación a la pascua. En el camino, como una más, pero como creyente significativa, está María. No es un adorno cuaresmal. Es un modelo. Ella ha recorrido también ese camino. Como lo recorrió su Hijo, como lo tiene que recorrer cualquiera que sea seguidor de Cristo.

* Cuaresma: es un camino que los fieles recorren “entregados” más intensamente a escuchar la Palabra de Dios y a la oración (SC 109). De este modo, se convierten los fieles en auténticos discípulos de Cristo. Pero no basta escuchar, hay que retener y meditar en el corazón, como María, la palabra que nos es dada. Sólo el corazón que retiene la palabra, como la semilla que cayó en tierra buena, produce frutos de vida eterna.
 
educadormarista.com



EVANGELIO DE SAN LUCAS 5, 27-32

RENOVAMOS NUESTRA APUESTA POR ÉL


Es en tiempo de prueba -como el que vivimos- cuando se ponen de manifiesto las intenciones más profundas y verdaderas. Por eso podemos vivir la Cuaresma como un tiempo de austeridad en el que renovar nuestra apuesta por Él.

Compañía de Jesús

CONTEMPLA TU PROPIA DEBILIDAD

Un texto del #PapaFrancisco que llena de esperanza cuando contemplamos nuestra propia debilidad: "Dios puede hacer que las flores broten entre las rocas"...


NOS CAMBIA EL CORAZÓN




 

REZANDO VOY, SJ. Día 19 de febrero 2021


 

DIOS NOS OFRECE CADA AÑO LA CUARESMA

El encuentro con Jesús, el Señor, en la Cuaresma, limpia nuestros ojos para situarnos con lucidez en el mundo de hoy, fortalece nuestras manos para trabajar en las tareas del Reino, nos capacita para ser testigos de su amor.

El desierto es experiencia de soledad, pero también es experiencia eclesial, porque Jesús recorre el camino hacia la Pascua con nosotros.

Caminamos hacia la Pascua unidos a toda la Iglesia que siente el empuje del Espíritu para acercarse con nuevo impulso a la Palabra, a los que están en las orillas, en la noche, en la enfermedad y en el sin sentido..

Este tiempo de Cuaresma es un tiempo siempre propicio para abrir el oído y escuchar a nuestro Dios, escuchar lo que pasa en nuestro mundo, salir de la indiferencia hacia la compasión. Dejar la vieja mentalidad y abrirnos a la sabiduría creativa del Espíritu que siempre nos está empujando hacia donde menos pensamos pero siempre hacia la comunión.

Dios es amor y solo amor. En la medida que seamos capaces de amor conocemos a Dios. Ha enviado a su Hijo no para juzgar al mundo sino para que el mundo se salve por él. La cruz es la manifestación suprema del amor y la lealtad de Dios. ¡Tanto nos ama que nos lo da todo! Las obras de amor revelan si hemos aceptado la salvación de Dios.

«Juntos andemos, Señor.
Por donde fuereis, tengo de ir.
Por donde pasareis,
tengo de pasar»

Santa Teresa, Camino 21,6

Cipecar

EVANGELIO DE SAN MATEO 9, 14-15

DEVUÉVEME LA ALEGRÍA DE TU SALVACIÓN


 

TEN PIEDAD, SEÑOR. SALMO 50