¿A QUIÉN TEMERÉ?


 

REZANDO VOY, SJ. Día 1 de julio 2021


 

EUTANASIA: LA DIGNIDAD EN EL FELPUDO

Estos días se vuelve a hablar mucho de la nueva ley de eutanasia en España, entre su entrada en vigor -este 25 de junio– y los recursos por considerarla inconstitucional. Evidentemente es una cuestión lo suficientemente complicada para necesitar diferentes matices y perspectivas. Esconde temas complejos de fondo y da pie a situaciones concretas muy discutibles. Toda situación de claro conflicto moral necesita de diálogos que ayuden a afinar y a discernir.

Algunos de los elementos discutibles son evidentes, grotescos y –me atrevería a decir– un poco obscenos. Me refiero al hecho de colocarlo en la agenda como un tema de demanda social cuando no lo era, al hecho de convertirse en la élite europea de la eutanasia siendo de los últimos en cuidados paliativos, y al hecho de dejar que entre e impere lo ideológico en el debate científico y moral…

Sin embargo, querría destacar una dimensión que se esconde y no se deja ver, pero que, creo, también ha empujado hacia esta nueva ley. Estoy seguro de que todo el mundo puede entender que quien pide la eutanasia no pide dejar de vivir, sino dejar de sufrir. Sufrimiento que aparece en forma de dolor físico, de soledad, de sentirse carga para otros, etc. Lo cierto es que hay otros caminos mucho más dignos para el enfermo, para sus seres queridos y para la sociedad en que viven, para atender y atajar esos sufrimientos. Pero ¿qué pasa? Que son más caros o suponen más esfuerzo y sacrificio de parte del resto. Y claro ¿acaso merece la pena un esfuerzo económico o personal por alguien que quizás ya no sea productivo?

En la base de todo esto, no deja de haber una ideología disfrazada de 'libertad', cuando en el fondo no es más que una opción meramente egoísta y caprichosa. La motivación última no es un «cada uno es libre para elegir si quiere morir» sino un «yo quiero vivir mejor», inhibiéndome –a base de leyes– ante el conflicto moral entre quitar la vida a alguien y la necesidad de hacer alguna renuncia de mi tiempo o mis dineros por cuidar a otros. Y esta primera persona alude, no tanto a familiares y seres queridos de la gente que sufre –que bastante tienen con lidiar con la enfermedad–, sino a una sociedad que, como colectivo, opta por no afrontar los dramas que se esconden detrás de cada caso a base de quitarlos de en medio.

Imagina que es la propia sociedad la que plantea: ¿Por qué voy a tener que renunciar yo a mis planes, a mi tiempo, a mis 'disfrutes' por tener que cuidar o acompañar a alguien que lo está pasando mal? Ante esta convicción egoísta, si para ganar en comodidad he de apagar el grito de mi conciencia que me llama a responsabilizarme y cuidar de mi prójimo ¿qué mejor manera que convertirlo en una ley que me deje tranquilo? Muy cómodo, muy egoísta y muy indigno del ser humano.

Mirando así la situación, la verdad es que horripila. Insisto en que cada caso, historia y situación es diferente y necesitaría de matiz. Pero a nivel general y como sociedad, creo que no añado ni un solo gramo de crueldad a la cuestión. Lo cierto es que vamos hacia un mundo en el que, por capricho, somos capaces de usar como felpudo la dignidad humana. Una evolución de otras formas de aprovecharse de los seres humanos que hubo en la historia, ahora convirtiéndolos en prescindibles.

Hay otros caminos para afrontar el sufrimiento que no sean el convertir en legítimo lo que es inmoral, pero exigen más de nosotros mismos y de la sociedad. Seguramente como país ahorraremos millones de euros a base de promocionar la eutanasia y no invertir más en cuidados paliativos. Quizás cuando usemos ese dinero, en lo que sea, estaremos tan contentos y divertidos que ni nos preguntemos de dónde ha venido. Y es que uno nunca se pregunta por el precio de su comodidad ni a costa de quiénes se consigue. Por eso, mejor anestesiar la conciencia y olvidar esos discursos aguafiestas que hablan de dignidad.

 

EVANGELIO DE SAN MATEO 9. 1-8

EL SEGUIMIENTO ES CADA DÍA


La seguridad en el seguimiento no la da ni la mochila, ni el bastón, ni las buenas botas... lo que nos ayuda a seguir es el corazón, la búsqueda de sus huellas y confiar plenamente en Él. El seguimiento es cada día, hoy y aquí.

BNdiaria

CONTIGO IRÉ

SIEMPRE DESDE DENTRO


 

DOMINGO 27 de junio de 2021 «CONTIGO HABLO, NIÑA, LEVÁNTATE»


 

LAS CINCO ESES - 13º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

SALMO 29


 

EXPERIENCIAS DE LA PANDEMIA: EVOCACIONES BÍBLICAS



Esta pandemia de la Covid19 provoca en cada persona resonancias diversas, muchas de ellas canalizadas de manera imaginativa y creativa. Todas repercuten en la vida de una o de otra manera. Para las personas creyentes las resonancias traen a la memoria y al corazón, también a las acciones, evocaciones de las fuentes de nuestra fe. La experiencia va por delante y, desde ella, esas evocaciones cobran sentido a la vez que se vuelven pequeñas o grandes luces para la propia vida y para la vida de quienes nos rodean.

A partir de la experiencia de numerosas personas y de la mía propia, quiero proponer siete evocaciones bíblicas que se encuentran en el fondo, aunque quizá no siempre visibles ni inmediatamente disponibles. Son las siguientes: la respiración, el caos y el orden, el tiempo y los tiempos, la reconversión de la seguridad, la incertidumbre, el exilio, la cuarentena.

TALITA KUM


 

CANTAD SUS MARAVILLAS


 

MARÍA DA GRACIAS A DIOS




María da gracias a Dios. Haz tuyas las palabras de María: “Proclama mi alma la grandeza del Señor...”

Yo te saludo, María,
porque el Señor está contigo;
en tu casa, en tu calle, en tu pueblo,
en tu abrazo, en tu seno.

Yo te saludo, María,
porque te turbaste
–¿quién no lo haría ante tal noticia?–;
mas enseguida recobraste paz y ánimo
y creíste a un enviado cualquiera.

Yo te saludo, María,
porque preguntaste lo que no entendías
–aunque fuera mensaje divino–,
y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego,
sino que tuviste diálogo y palabra propia.

Yo te saludo, María,
porque concebiste y diste a luz
un hijo, Jesús, la vida;
y nos enseñaste cuánta vida
hay que gestar y cuidar
si queremos hacer a Dios presente en esta tierra.

Yo te saludo, María,
porque te dejaste guiar por el Espíritu
y permaneciste a su sombra,
tanto en tormenta como en bonanza,
dejando a Dios ser Dios
y no renunciando a ser tú misma.

Yo te saludo, María,
porque abriste nuevos horizontes
a nuestras vidas;
fuiste a cuidar a tu prima,
compartiste la buena noticia,
y no te hiciste antojadiza.

Yo te saludo, María,
por ser alegre y agradecida
y reconocer que Dios nos mima,
aunque nuestra historia sea pequeña
y nos olvidemos de sus promesas.

Yo te saludo, María.
¡Hermana peregrina
de los pobres de Yahvé,
camina con nosotros,
llévanos junto a los otros
y mantén nuestra fe!

Florentino Ulibarri

LA ESCOLARIZACIÓN, UN DERECHO NEGADO A LOS NIÑOS AFRICANOS



El "Día del Niño Africano" conmemora la marcha que tuvo lugar en 1976 en Soweto (Sudáfrica), en la que miles de escolares salieron a la calle para protestar contra la escasa calidad de la educación de los negros bajo el régimen del apartheid. Los jóvenes también se manifestaron para exigir que se les permita estudiar en sus lenguas maternas.

El estudio, un derecho jamás adquirido

"Algunas de las reivindicaciones que los estudiantes de entonces hicieron con fuerza respecto al derecho a la educación, siguen estando muy presentes hoy en día en muchos Estados africanos". Lo afirma la africanista Anna Pozzi en una entrevista con Radio Vaticano - Vatican News.

"Hay que decir que en Sudáfrica se han dado muchos pasos adelante en comparación con el día que hoy conmemoramos -continúa-, basta pensar que en el país se reconocen 11 lenguas oficiales, mientras que en aquella época los jóvenes tenían que estudiar sólo en la lengua hablada por los blancos, principalmente el afrikáans". El derecho a la educación es, por tanto, "una hipoteca sobre el futuro de este continente y sigue siendo una cuestión central que nos obliga a no considerarlo jamás como un derecho adquirido".

Los efectos de la pandemia

Por segundo año, el Día del Niño Africano se celebra en un momento de pandemia. "El Covid-19 - especifica Pozzi - ha tenido enormes repercusiones y no sólo desde el punto de vista sanitario. La educación y la economía han pagado un alto precio, el coronavirus ha mostrado fragilidades ya presentes en el continente, acentuándolas y a veces haciéndolas dramáticas. El acceso a la atención sanitaria para cualquier tipo de enfermedad se ha visto dificultado por la pandemia, "por lo que hoy en día -añade- los niños mueren mucho más si se ven afectados por la malaria y la neumonía y la desnutrición ha aumentado". Citando el caso de Uganda, la académica explica además cómo el reciente cierre ha provocado también el cierre de escuelas y el consiguiente bloqueo de comedores. "En algunos casos, no esporádicos", señala, "esa comida proporcionada al alumno se convierte en una comida segura que no puede ser sustituida".

Matrimonios forzados

Con la pandemia, también han aumentado los matrimonios forzados y los embarazos precoces. "Se trata de un gran problema que hay que frenar y que, en cambio, ha ido en aumento en el último año", denuncia la experta africanista. "Conocí a una mujer en Malawi que lleva años luchando por ganar esta batalla, permitiendo el acceso de niñas muy jóvenes a la educación. Es una jefa de aldea, así que tiene un papel importante y está en primera línea contra este fenómeno porque, como dicen en África, la educación de una niña es la educación de una aldea, de una comunidad, de un país".
Educación y trabajo infantil

La cuestión del derecho a la educación es aún más actual a la vista de las dramáticas cifras sobre el trabajo infantil publicadas el mes pasado. Tras una tendencia a la baja que duró dos décadas, la lacra del trabajo infantil ha vuelto a crecer a nivel mundial en 2020, según denuncian la Organización Internacional del Trabajo y Unicef, en un informe titulado "Trabajo infantil: estimaciones mundiales para 2020, tendencias y camino a seguir" publicado con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, el pasado 12 de junio. Según los datos recogidos en la investigación, el número de niños que trabajan se ha elevado a 160 millones en todo el mundo, lo que supone un aumento del 5% respecto a hace cuatro años. El África subsahariana es la zona donde más ha aumentado el número de niños explotados laboralmente.

Vatican News

EVANGELIO DE SAN MATEO 8, 5-17

CULTIVA LA FRATERNIDAD


Tampoco la igualdad se logra definiendo en abstracto que “todos los seres humanos son iguales”, sino que es el resultado del cultivo consciente y pedagógico de la fraternidad. (Papa Francisco)

iMisión

CONTIGO, MARÍA

EN TI ESPERARÉ UNA VEZ MÁS


 

REZANDO VOY, SJ. Día 25 de junio 2021




 

¡QUÉ DIOS NOS DÉ UNA MIRADA AMOROSA!


Si nos paseamos durante el recreo de una escuela podemos centrar nuestra mirada en diferentes situaciones que, de modo simultáneo, se van produciendo en ese espacio de tiempo. Podemos fijar los ojos en aquellos chicos que se están peleando por vete tú a saber qué motivo, o bien poner nuestra atención en aquellos otros que van jugando amigablemente y compartiendo felices este tiempo de descanso.

Así, según cual sea el centro de nuestra mirada, pensaremos que los niños son unos “diablillos” o unos “angelitos”. Pero sabemos que no todos no son ni una cosa, ni otra. No condenaremos ni salvaremos a la infancia solo por esa mirada. Lo mismos debería ocurrirnos cuando lo que observamos es el mundo que nos rodea. La realidad que contemplamos es compleja, calidoscópica, llena de grises.

Pidámosle pues al Padre que nos dé su mirada amorosa para con el mundo. Que la parte oscura no nos impida ver todo cuanto de bello y santo hay en el mundo. Ya que, como dijo San Pablo, “donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia”.

E Ignaciana

EVANGELIO DE SAN MATEO 8, 1-4

EVANGELIO DE SAN MATEO

VAMOS A LA OTRA ORILLA




SABES QUE TE QUIERO

QUE SEPA RESPONDERTE SIEMPRE, SEÑOR


 

REZANDO VOY, SJ. Día 24 de junio 2021




 

EXPERIENCIA DE ACOGIDA E INTEGRACIÓN

“Agermanament Comunitari Valencià” (patrocinio comunitario) es una experiencia piloto de acogida e integración de personas refugiadas en la que participan las tres Cáritas Diocesanas de la comunidad, Segorbe-Castellón, Orihuela-Alicante y Valencia.

Se trata de un proyecto que la Generalitat Valenciana ofreció a las Cáritas de la comunidad, dentro del marco del programa de Patrocinio Comunitario que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha planteado a todas las comunidades autónomas a propuesta de ACNUR.

Consiste en acoger, durante un periodo comprendido entre 18 y 24 meses, a familias que viven en campos de refugiados, procedentes de países con graves conflictos y que llevan tiempo en condiciones de extrema vulnerabilidad. Las comunidades donde residen estas familias las acompañan en su proyecto vital favoreciendo una participación activa de las familias y del equipo de voluntarios que conforman el grupo de patrocinio comunitario, y facilitando así su desarrollo personal y social y su integración en la comunidad de acogida.

Esta experiencia piloto debe orientarse a promover una mejora cuantitativa y cualitativa de los procesos de acogida e integración de las personas refugiadas, así como a incrementar el compromiso compartido de las instituciones y administraciones públicas con la sociedad en esta tarea.

Cáritas, por su larga trayectoria en trabajo comunitario, reúne las condiciones idóneas para poder poner en práctica un proyecto de esta envergadura, que lo que busca es la participación y el apoyo de la propia comunidad, para que acoja y arrope a las familias, y así poder empezar una nueva vida facilitándoles una integración real.

Así, las Cáritas de la Comunidad Valenciana acogieron en octubre del año pasado a tres familias, una en Valencia (Cocentaina), otra en Segorbe-Castellón (Almassora) y la tercera en Orihuela-Alicante (Calpe). En todas ellas se constituyó un equipo de voluntarios llamado “Grupo de Patrocinio Local” para poner en marcha esta experiencia de fraternidad y amistad social.

Los equipos, junto con el soporte técnico de una trabajadora social, acompañan a las familias en su proceso de asentamiento en las respectivas localidades, apoyan el aprendizaje del idioma, educación de los niños, niñas y adolescentes, acceso a servicios, trámite de documentación, formación, orientación y acceso al mundo laboral, para que una vez acabada la experiencia, las familias puedan tener una vida digna y autónoma y hayan sido capaces con el apoyo de estos grupos de haber tejido una red de apoyo social y amistades dentro de la población donde residen y se sientan parte de la vecindad en su nueva vida.

Se han buscado unos municipios relativamente pequeños donde pueden sentir la cercanía de la gente y donde las Cáritas Parroquiales cuentan con un voluntariado activo y comprometido y con una alta presencia en la vida del pueblo. Los y las participantes del grupo de patrocinio local, son personas comprometidas –algunas de ellas ya voluntarias en otros proyectos y programas de las Cáritas Parroquiales– y se han sumado a este proyecto motivadas por poder acompañar, ayudar y colaborar en la integración de estas familias y alentadas por esta nueva modalidad de ayuda, acompañamiento y fomento de vínculos de confianza entre ambas partes.

Las cosas no han sido fáciles; las restricciones por la pandemia dificultaron de alguna manera el proceso. Sin embargo, se han encontrado formas de poder adaptarse para estar en constante contacto y comunicación con las familias.

Esta experiencia garantiza a las familias, ser beneficiarias de protección internacional y poder empezar nuevamente una vida con el apoyo de una comunidad que los acoge y acompaña.

Nuestra labor como Cáritas y ciudadanos, no es otra que formar un equipo de personas que de forma desinteresada pongamos todo nuestro espíritu solidario, responsabilidad y esfuerzo conjunto, directamente en favor de las familias, para ofrecerles un apoyo en todo su proceso de integración e inclusión en nuestra sociedad de acogida.

Esta experiencia que empezó con incertidumbre y desconocimiento –pues se trataba de un programa piloto– poco a poco nos ha ido cambiando. El hecho de acompañar a estas familias en su día a día no solo ha servido para favorecer su proceso de inclusión, dotándolos de autonomía e independencia, sino que a nivel personal y comunitario también está siendo una experiencia muy enriquecedora.

Cáritas Valencia

EVANGELIO DE SAN LUCAS 1, 57-66

LO QUE OCURRE CUANDO TE DEJAS ESCULPIR POR EL SILENCIO...


 

ATRÉVETE