RENUÉVANOS CON TU ALIENTO

QUE NO NOS ROBEN LA CIENCIA

Aunque es un viejo y manido debate, todavía tengo la impresión de que en mucha gente ha calado la idea de que de alguna manera la ciencia y la religión no casan bien, que la religión –en nuestro caso el cristianismo– se basa más en supersticiones, mitos y su base es irracional; mientras que la ciencia, al estar cimentada en esquemas racionales, y al ser sus postulados comprobables, tiene más crédito. Algunos van todavía más allá, y dicen que la ciencia es el antídoto contra la religión y su oscurantismo, y cimientan en ella su ateísmo militante (véase los denominados «cuatro jinetes del ateísmo»: Richard Dawkins, Christopher Hitchens, Daniel Dennett y Sam Harris, de gran éxito editorial en el mundo anglosajón). Estos postulados van calando en el inconsciente de nuestra sociedad, y más en concreto de los jóvenes, hasta el punto de que según las encuestas es una de las principales razones de su alejamiento de la fe.

Y es aquí dónde hay que dar el golpe en la mesa. Señores y señoras: ¡que no nos roben la ciencia! que no se apoderen de ella los que hacen causa de su ateísmo, ya que no hay mayor falacia. No hay mayor falacia que la que sostiene que cristianismo y ciencia se oponen. En primer lugar, la ciencia no es un ente que se opone a Dios y ocupa su puesto, sino que es un método de conocimiento humano basado en la observación de un fenómeno, formulación de hipótesis, realización de predicciones y comprobación mediante experimentos. ¿Son el fruto de la ciencia verdades inamovibles? No; la ciencia está en continua revisión, continuamente desafiando las teorías establecidas, que siempre pueden ser refutadas, para seguir descubriendo y buscando la verdad. ¿Cuál es el sustrato de la búsqueda científica? Pues precisamente que el mundo es inteligible y que, detrás de esa inteligibilidad, se esconde la verdad. Y esto es, en sí mismo, un acto de fe.

A este respecto me resulta muy revelador escuchar al jesuita Guy Carlomagno, astrónomo formado en el MIT y en Harvard y director del Observatorio Vaticano, que entiende la ciencia como un camino desde el entendimiento humano a la verdad, y la fe como un camino desde la verdad hacia el entendimiento humano. También afirma que cualquier cristiano que tenga miedo de lo que la ciencia revele sobre el universo, sencillamente no tiene fe en su fe. En palabras de san Juan Pablo II, «la fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad». No dejes que te amputen ninguna de las dos alas, sobre todo si quieres volar alto.

 

EL AYUNO QUE DIOS QUIERE

El ayuno que Dios quiere es éste:
que sueltes las cadenas injustas,
que desates las correas del yugo,
que dejes libres a los oprimidos,
que acabes con todas las opresiones,
que compartas tu pan con el hambriento,
que hospedes a los pobres sin techo,
que proporciones ropas al desnudo
y que no te desentiendas de tus semejantes.
Entonces brillará tu luz como la aurora
y tus heridas sanarán en seguida,
tu recto proceder caminará ante ti
y te seguirá la gloria del Señor.
Entonces invocarás al Señor
y él te responderá; pedirás auxilio
y te dirá: «Aquí estoy».

Isaías

ENVANGELIO DE SAN MATEO 9, 14-15

TU MISERICORDIA

ILUMÍNAME


Porque hay mañanas en las que siguen las sombras de la noche
Porque a veces las nubes no se mueven de mi cielo.
Porque tengo vendas en los ojos que ni yo quiero quitar.
Porque cierro puertas y ventanas.
Y me empeño en que el flexo sustituya al sol.
Porque sin Ti, mi horizonte se estrecha
Y mi suelo se quiebra.
Porque sí. Porque te necesito.
Ilumíname.

Oscar Cala sj

 

EN TU CRUZ, SEÑOR

En tu cruz, Señor,  

sólo hay dos palos, 

el que apunta como una flecha al cielo 

y el que acuesta tus brazos.

  

No hay cruz sin ellos  

y no hay vuelo. 

Sin ellos no hay abrazo 

Abrazar y volar. 

Ansias del hombre en celo. 

Abrazar esta tierra 

y llevármela dentro. 

Enséñame a ser tu abrazo. 

Y tu pecho. 

A ser regazo tuyo  

y camino hacia Ti 

de regreso. 

Pero no camino mío, 

sino con muchos dentro. 

Dime cómo se ama 

hasta el extremo. 

  

Y convierte en ave 

la cruz que ya llevo. 

¡O que me lleva! 

 porque ya estoy en vuelo.

Ignacio Iglesias, sj 

ORAMOS POR MONSEÑOR ROLANDO

Todos oramos por Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa #Nicaragua condenado injustamente a 26 años de cárcel. Un gran testimonio.
 

DONDE NO HAY OSCURIDAD, NO EXIXTE EL MIEDO

Vivimos en un mundo invadido por la luz artificial. Faros de coches, carteles publicitarios y neones de discotecas son algunos de los muchos invasores de la creación de Dios, en la que cada vez cuesta más disfrutar de un atardecer. ¿Cuánto tiempo hace desde la última vez que lo hiciste? Y con disfrutar no me refiero a sentarte frente al sol y estar pendiente de la luz de las notificaciones tu móvil cada vez que llega un WhatsApp. Me refiero a hacer partícipes a tus cinco sentidos de lo que tus ojos ven, desprendido de todo lo superfluo.

Fue hace unos días cuando, contemplando un atardecer, reflexioné sobre la importancia que tiene para nosotros, jóvenes y católicos, la luz de Dios y la falta que hace que esa luz brille en este mundo que nos rodea.

La luz de Dios es nuestro punto de partida, nuestro camino y nuestro destino final. Todo comienzo está marcado por la luz de Dios: Desde la creación de los grandes astros cuando el mundo era un reino de tinieblas hasta la salida de un recién nacido al mundo exterior tras nueve meses en la oscuridad del útero de su madre. Lo mismo ocurre con nuestro comienzo como miembros de la Iglesia. El Bautismo apaga la llama del pecado original y enciende la de Dios en nuestro ser. Da gracias a Dios por tus padres, quienes decidieron encender su luz en tu persona para no caminar nunca a oscuras.

La luz es nuestro camino. De la misma forma que un barco necesita de un faro cuando se encuentra en alta mar, también nosotros necesitamos de ese fulgor de Dios cuando estamos perdidos, cuando sentimos que vamos a la deriva, cuando la opacidad del pecado acecha nuestra serenidad. Y ese fulgor de Dios podemos encontrarlo en forma de consejo, de abrazo, de mano que se tiende para coger la tuya y, cómo no, en la Sagrada Eucaristía. Da gracias a Dios por tus amigos, por tu sacerdote y por todas las cosas mundanas en las que la luz de Dios está presente y que te ayudan a mantenerla encendida en tu corazón.

Para nosotros los cristianos la muerte no es el final del camino. La muerte es el paso de nuestro tren desde el interior del túnel que es esta vida hasta la luz y la plenitud del Cielo. Mantenernos firmes en la fe es mantener siempre fijo, en nuestro corazón y en nuestra mente, el objetivo de alcanzar la luz de la santidad y vivir conforme a los valores que nos llevarán a ella. Cada ayuda que prestes, cada buena acción y cada Eucaristía que ofrezcas por quienes te necesitan será un escalón más que te acercará a la meta: la luz de Dios. Da gracias a Dios por ti mismo, por tu capacidad de determinación de la luz de Dios como objetivo de vida y por cada paso que das y que te acerca a ella.

El mundo y el tiempo no se detienen y cuesta a veces parar y ver en qué punto del camino estamos. La rutina de estudios, exámenes y salidas con amigos crean una vorágine rutinaria en la que nos cuesta encontrar un hueco para Dios. Por eso, ahora que estamos próximos a un tiempo de conversión y reflexión como la Cuaresma, es el momento perfecto para que cada uno de nosotros se haga las preguntas que, por tiempo o pereza, dejamos de hacernos: ¿Es Dios la luz de mi vida?, ¿Me rodeo de personas que me acercan a Dios?, ¿Qué hago yo, como joven y como católico, para mantener viva la llama de Dios?…

A ti, que hoy me estás leyendo y que vives bajo la luz de Dios, continúa siendo ese espejo en el que los demás lo vean a Él. A ti, que hoy me estás leyendo y que te encuentras perdido, espero que estas palabras pongan un poco de luz vida. Y a ti, que hoy me estás leyendo y que hace tiempo apagaste la luz de Dios, acércate a él, deja que su espíritu ilumine tu alma porque donde hay luz, no hay oscuridad. Y donde no hay oscuridad, no existe el miedo.

Curro. Jóvenes Católicos

 

EVANGELIO DE SAN MARCOS 8, 27-33

LECTIO DIVINA: DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO

Invocación al Espíritu

Ven, Espíritu Santo. Alégranos para que vivamos la santidad como un estilo de vida que crea humanidad y fraternidad. Haznos entender la propuesta de Jesús, que sigue vigente en nuestro momento. Abre nuestro corazón al amor, para que sea él quien oriente nuestros pasos. Reaviva en nosotros la misión para que seamos portadores de la Buena Noticia de Jesús hacia los más alejados que merecen la oportunidad de conocer un mensaje, tan fascinante, de amor, de acogida, de salvación.  

Motivación

En el corazón de la Iglesia mi Madre yo quiero ser el amor.

1. A LA ESPERA DE LA PALABRA. Con la lámpara encendida.

Seguimos con el Sermón del Monte. El texto de Mt 5,38-48 es un hito prodigioso de luz y solidaridad para la humanidad. Nadie como Jesús se ha atrevido a hablar de esa forma y a jugarse la vida frente al odio del mundo y la venganza entre enemigos. Este texto es lo más típico y característico de Jesús de Nazaret; así se reconoce en todos los ámbitos. Lo que dice no puede provenir del judaísmo ni de las comunidades cristianas. Jesús es más audaz, más profético y más arriesgado. Jesús, con este mensaje, quiere incorporarnos a la familia de Dios.

2. PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA: Mateo 5,38-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia.
Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

3. FECUNDIDAD DE LA PALABRA

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. La ley del talión (talis: a tal daño tal respuesta) estaba vigente en tiempos de Jesús. Era una ley para regularizar la venganza, pues el castigo nunca debía sobrepasar la ofensa. Fue uno de los primeros sistemas legales de la historia humana (el código de Hammurabi, ya lo recoge, s. XVIII a.C. en estelas de piedra). Se exigirá vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe (Ex 21,23-25)En algunos casos se daba una compensación económica en lugar de herir al culpable. La venganza no pertenece al modo de proceder del Reino de Dios. La verdadera justicia no está en los empates, sino en la paradójica victoria del derrotado.  

Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Nos acercamos a Jesús con la humildad de quien quiere aprender sus caminos, dispuestos a dejarnos sorprender por su palabra. Jesús presenta cinco casos concretos. Dejamos que esta palabra atrevida, desconcertante, a contracorriente de nuestra mentalidad, nos recorra por dentro. Jesús nos propone, frente a todo agravio, una sabiduría nueva, una actitud no violenta. No es fácil. El perdón es infinitamente más humano que la venganza. Un punto fundamental que caracteriza a la no violencia es que no busca derrotar o humillar al oponente, sino granjearse su amistad y comprensión (Gandhi). La bofetada en la mejilla derecha era una infamia mayor que en la izquierda. Quitarle a uno la chitona e himation (capa y manto) era dejarle desnudo. Caminar una milla (1600 metros); el sometimiento al Imperio Romano permitía que los soldados romanos detuvieran las caravanas y forzaran a los viajeros a cargar piedras. Puesto que había abusos de autoridad, las leyes establecían que un romano no podía exigir más de una milla en este esfuerzo. El mendigo que pide todos los días comienza a causar fastidio. Había desplazamientos forzosos a causa de la violencia. Los primeros días eran ayudados por los cristianos, pero según iban pasando los días, era más difícil seguir ayudando. Uno de los problemas mayores de la comunidad de Mateo eran las deudas; cuando esto se daba, la fraternidad entraba en crisis.

Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. ¿Es esto posible? Sí, y es lo específicamente cristiano. Los discípulos no podían imaginar que Jesús les pidiera esto. Pero Jesús transmite la experiencia que tiene del Padre, comunica lo que ha visto y oído al Padre. El Padre no es violento, es compasivo, ama, no sabe ni puede hacer otra cosa que amar. La venganza y el odio son ajenos a su proyecto creador. ¡Qué estilo de vida tan fascinante! Mirar al Padre, que nos ha mostrado Jesús, el Hijo Amado, nos hace buenos. El Padre no tiene enemigos. Amar de esta manera nos hace pobres, como Jesús; nos vuelve audaces en la confianza, como Jesús; nos convierte en centinelas de un mañana insospechado para la humanidad, como Jesús. Nuestra vocación es el amor. Este amor ágape (distinto de eros y filia) es el amor con que Dios nos ama y solo lo podemos vivir unidos a él. Somos hermanos de todos (buen samaritano). Somos hijos e hijas de Dios cuando ponemos amor donde no hay amor. Si me constituyo en enemigo he eliminado toda posibilidad de poder amar. La ola, al llegar a la orilla, puede encontrar la roca o la arena, pero siempre será ola. Jesús quiere incorporarnos a la familia de Dios como Padre, para quien nadie es extraño, pues a nadie niega la lluvia y el sol. El ejemplo del sol y de la lluvia es de una creatividad tan sin igual que ningún humanista, filósofo o filántropo han podido imaginar. Dios nos ama no porque seamos buenos sino porque él es bueno. Dios es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas (¿premia a los buenos y castiga a los malos?). Viendo al hijo uno puede adivinar cómo es el padre. Somos hijos, no nos conformemos con poco. Gloríate en tu gloria. Para ser imagen y semejanza de Dios no hay más que una salida: comenzar a amar.  

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto». Hemos sido creados para viviresta clase de amor, porque somos amor. Aquí está la novedad del Evangelio.Hemos sido llamados para amar a la manera de Jesús e ir por caminos contrarios a la astucia de este mundo. Quien se parece a Dios no alimentará el odio contra nadie, buscará el bien de todos, incluso el de sus enemigos. Frente al todo va mal está la alternativa a hacer el bien, rompiendo la cadena de la violencia. Hay que recorrer este camino con normalidad, sin hacer gala de ello.  

4. RESPUESTA A LA PALABRA


¿Qué prevalece en tu corazón: la ley del amor o la ley del talión?

¿Qué haces cuando te sientes agredido?

4.- ORAR LA PALABRA

Canta: Adonde no hay amor, pon amor y sacarás amor.

Contempla la grandeza del corazón amoroso del Padre.
Piensa en personas que viven esta página del Evangelio.
Deja que el Espíritu te ensanche el corazón.
Ora al Padre: Vivir el amor es parecerme a ti y tú lo has hecho posible. Has hecho posible que todo gesto de bien, que cada sonrisa, que cada mano tendida, sea tu sonrisa, tu bien, tu mano y tu corazón.

La oración mafiosa es: Me lo pagarás. La oración cristiana es: Señor, dale tu bendición y enséñame a amarlo.

5.- Contar al mundo la nueva manera de vivir. Testigos.

Necesitamos motivos de esperanza para llevar a la práctica el amor. El curso de la historia dejará atrás a los enemigos de la paz y dará renombre a quienes trabajaron por la paz (Papa Francisco).

Cipecar

 

MIÉRCOLES 15 de febrero de 2023 LA VIDA SIGUE, TAMBIEN CUANDO PARECE HABER TANTOS PROBLEMAS QUE NO LLEGAMOS


 

LA VIDA DEL CRISTIANO O ES PASCUAL O NO ES


 

SE QUE LA VIDA NO ES SOLAMENTE PARA MI





Ni mi cuerpo,

ni mi amor,

ni mi inteligencia,

ni mi humor,

ni mis dones,

ni mi tiempo,

ni mi dinero,

ni mi casa,

ni mis posesiones...

son solamente para mí.

Sé que Tú, Padre, no eres solamente para mí.

Ni tu palabra,

ni tus dones,

ni tus promesas,

ni tu creación,

ni tu buena noticia,

ni tus abrazos,

ni tus afanes,

ni tus sorpresas,

ni tu casa...

son solamente para mí.

Lo sé.

Soy sal y luz;

sal para salar y luz para alumbrar.

Lo mío es deshacerme como la sal

salando a los demás,

y consumirme como el fuego

alumbrando y calentando a los demás.

Lo mío es ser salero de la vida

y clarear el horizonte de la historia,

de la historia cotidiana de cada día.

Lo mío es ser digno hijo tuyo.

Lo sé.

Y me voy comprendiendo.

Y me voy aceptando.

Y me voy amando.

Y me voy soñando.

Y me voy realizando.

Y me voy sembrando.

Y me voy compartiendo.

Y me voy realizando.

Y voy siendo...

¡Y me alegro!


Florentino Ulibarri

ORACIÓN Y SOLIDARIDAD

Esta lámpara encendida en oración y solidaridad por las víctimas y familias, y quienes lo han perdido todo. Unámonos a iniciativas de ayuda que surjan para colaborar.

F Negre
 

EVANGELIO DE SAN MARCOS 1, 29-39

VIVE ESCUCHANDO Y TU VIDA SE HARÁ CANCIÓN

Cualquier tarde, en este tiempo de invierno, sentada en medio de la naturaleza. El viento sopla, trae los sonidos de su caricia en las hojas de la encina que tengo al lado y susurra en los avellanos que hay al pie del camino. Si pongo atención también puedo escuchar al Cantábrico que duerme cerca de nuestra casa, y la ría que pasa serpenteante a nuestros pies.

En este conjunto de sonidos me doy cuenta de que me encuentro en medio de una melodía. Músicas que se entrelazan y bailan. El viento se hace partitura e invita a volar, a ir más allá, a trascenderse. Esta melodía que danza con las notas que brotan al contemplar la vida, ¿acaso  no me habla de Dios? ¿Acaso no invita a hablar de Dios, a cantar a Dios, a contar a Dios?

Verdaderamente la música es un lugar privilegiado donde encontrarse con la profundidad, con la hondura que somos, esa hondura que está habitada por Dios. Porque la música no es una cuestión de pensar sino de sentir, no es de la mente sino de las entrañas,  donde el lenguaje es más libre, más honrado, sin análisis ni bloqueos.

¿Qué es cantar cuando te sientas a orar? A veces buscamos lo perfecto y no es tanto la perfección sino la plenitud, es crear una comunión con las otras personas, dejar que lo más profundo de ti misma se exprese con toda su verdad, con sus miedos y sus certezas. En medio de las oscuridades y de la luz, es ser tú a través de tu voz para llegar a encontrarte en la entraña de Dios.

¿Quién no ha vivido la experiencia de que una canción le arranque una sonrisa o una lágrima?

Una invitación. Cierra los ojos, respira profundamente. Escucha. Escucha el sonido del viento. Escucha. Escucha los sonidos de la ciudad, por caóticos que parezcan tienen un sentido, un ritmo, tienen música. Escucha…

Porque, vive escuchando y tu vida se hará canción.

 

NO TE CREAS PERFECTO Y JUSTO

«…su corazón está lejos de mi» dice Jesús de quienes se tienen por perfectos y justos. Quizá no exista expresión más dura en el evangelio y la vida! Cuando sientes que un corazón está lejos… o no está, o está muerto. Aunque las palabras intenten decir lo contrario.
 
A Gonzalo