ESTOY CONTIGO. Soy el EMMANUEL.



Estamos envueltos en la crisis, 
pero Dios es siempre salvación. 
Nos rodea el individualismo,
pero Dios es proyecto de comunión.
Hablan las bombas en muchos lugares de la tierra,
pero Dios pronuncia una palabra
más fuerte que toda guerra: Amor.
Hay desesperanza,
pero en el Adviento resuena la voz esperanzada
del Dios de la ternura.
Miedos, agobios,  temores, ansiedad…
intentan ahogar el hálito de luz y de vida
que alumbra nuestro interior,
pero un Niño frágil y poderoso, a la vez,
nos susurra en callado amor: ¡No temas!
ESTOY CONTIGO.Soy el EMMANUEL.
 
Tú, Señor, eres la esperanza de nuestra vida,
tu amor es la palabra que ilumina nuestro corazón.
Tú, Señor, nos regalas la paz y la alegría
para recorrer confiados el camino del Adviento.
Tus proyectos de salvación llenan el mundo,
y se van realizando en la historia, paso a paso,
aunque nosotros, muchas veces ciegos, no los descubramos.   
 
A pesar de nuestros tropiezos,
esperamos el triunfo de tu amor.
Juntos te cantamos
y juntos esperamos la llegada de tu Hijo Jesús,
y con él, en él, y por él, la llegada de la nueva humanidad.
José y María, los profetas y todos los que esperan en la vida,
nos acompañan en esta aventura tan bella.
¡Maranatha! ¡Ven, Señor, Jesús!
Cipecar

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