Yo te sondeo y te
conozco
sé lo que estás
haciendo
y percibo tus
pensamientos,
sé cuándo caminas,
sé de tus cansancios
y descansos.
Tus pasos me son
familiares.
Cuando vas a hablar,
entiendo lo que vas a
decir,
estoy alrededor,
presente,
te envuelvo con mi
mano…
Sé que es difícil que
lo entiendas,
sé que es imposible
que me abarques…
¿Dónde irás para
estar lejos de mí?
¿Cómo escapar de mí?
En lo más alto y en
lo más hondo,
allí estaré contigo,
en cualquier lugar,
allí tendrás mi mano
dispuesta a
sostenerte.
Incluso si dejas de
creer en mí,
en tus tinieblas
veré.
Yo creé tus entrañas,
te plasmé en el seno
materno
te formé y eres
admirable
Eres maravilloso.
Conozco tu alma hasta
el fondo
y nada de ti se me
oculta,
pues desde que fuiste
tejido
en lo profundo de la
tierra
veía yo tus acciones,
intuía tus días,
esperaba tus pasos…
Tú eres mi obra
maravillosa,
lo sé, y créeme, te
conozco.
Y aunque a Ti te
cueste conocerme,
pase lo que pase,
seguiré a tu lado.
Rezandovoy (inspirado en el Salmo 138)