Dolores
Aleixandre nos ayuda a acercarnos a muchos personajes que nos han
precedido en el camino del seguimiento, para que aprendamos de ellos,
relativicemos nuestras dificultades y, sobre todo, reanimemos nuestro deseo de
ser discípulos de Jesús.
“Jesús
se hace presente en las circunstancias concretas en las que estamos: encerrados
muchas veces en nuestros temores, defensas e ideologías, pero sin que eso
suponga un obstáculo absoluto para que él realice en nosotros su obra. Porque
él no se detiene ante las “armaduras oxidadas” con las que intentamos
protegernos, sino que busca en nosotros ese “punto de fractura” en el que
emerge nuestro deseo más hondo de libertad, permite que emerjan ante él
nuestros prejuicios, aferramientos y resistencias, hasta que aparece el anhelo
de vida que se esconde en nuestro corazón y entonces él “tira” de ese deseo y
toma en sus manos nuestro futuro”
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