Francisco acoge a delegación
El Papa expresó su alegría al verlos e invitó a todos a hacer una 'teología
de rodillas' para que la reflexión sobre temas aún abiertos no sea simplemente
una disputa académica.
Ciudad del Vaticano, 28
de junio de 2014 (Zenit.org) H.
Sergio Mora | 555 hits
El santo padre
Francisco ha recibido este sábado por la mañana en audiencia a la delegación
del Patriarcado Ecuménico de Costantinopoli, la cual ha llegado a Roma como es
tradición, en ocasión de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo,
que se celebra este domingo 29 de junio.
La delegación enviada
por su santidad Bartolomeo I está guiada por su eminencia Ioannis (Zizioulas)
metropolita de Pérgamo y co-presidente de la Comisión mixta
internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia
ortodoxa.
El Santo Padre al
recibirlos les manifestó su alegría de encontrar a una delegación “de la Iglesia hermana de Constantinopla”
y envió su agradecimiento “al patriarca ecuménico, su santidad Bartolomé I y al
Santo Sínodo, por haberles enviado a compartir con nosotros la alegría de esta
fiesta".
“Mantengo vivo en mi mente el recuerdo de los
recientes encuentros con el amado hermano Bartolomé” indicó el Santo
Padre, y precisó que “durante nuestra
común peregrinación en la tierra de Jesús hemos podido revivir la gracia del
abrazo dado hace cincuenta años, en la ciudad de Jerusalén, entre nuestros
venerables predecesores: Atenágora I y Pablo VI”.
El Papa agradeció a
Dios porque después de ese gesto profético “el camino no se detuvo nunca”. Y
añadió que “la alegría del reciente encuentro en Jerusalén con Bartolomé “se
renovó cuando juntos hemos idealmente concluido esa peregrinación elevando
aquí, en la tumba de san Pedro, una fervorosa invocación a Dios pidiendo el don
de la paz en Tierra Santa, junto a los presidentes de Israel y Palestina”.
Hablando del encuentro
fraterno tenido con Bartolomé, añadió: “Sabemos
bien que esta unidad es un don de Dios, y que Altísimo nos da desde ahora la
gracia para obtenerlo cada vez que, por la fuerza del Espíritu Santo, logramos
a mirarnos los unos a los otros con los ojos de la fe”.
Y consideró que “si aprendemos, guiados por el Espíritu
Santo, a mirarnos siempre los unos a los otros en Dios, entonces será aún más
rápido nuestro camino y más ágil la colaboración en tantos sectores de la vida
cotidiana que ya ahora felizmente nos une”.
Por este motivo el
Papa confió que reza por el trabajo de la Comisión mixta internacional, para
que sea expresión de esta comprensión profunda, de esta teología “hecha de
rodillas”.
De este modo “la
reflexión sobre conceptos de primado y sinodalidad, sobre la comunión en la
Iglesia universal, sobre el ministerio del obispo de Roma, no será entonces un
ejercicio académico ni una simple disputa entre posiciones irreconciliables”. Y
concluyó indicando que “necesitamos
todos” abrirnos con coraje y confianza a la acción del Espíritu Santo”, en
este camino “de tantos hermanos que confesando la fe en Jesucristo el Señor,
han cumplido el ecumenismo de la sangre”.
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