Arriba los corazones, vayamos todos al pan de vida que es fuente de gloria eterna, de fortaleza de alegría.
A ti acudimos sedientos: Ven, Señor. Tenemos fe en tu misterio: Ven, Señor. Queremos darte la vida: Ven, Señor; con sus dolores y dichas: Ven, Señor.
Queremos ser más hermanos: Ven, Señor. Que nunca nos olvidamos: Ven, Señor. En ti hallaremos la fuerza: Ven, Señor, para olvidar las ofensas: Ven, Señor.
Que no haya luchas fraternas: Ven, Señor, ni esclavitud, ni miserias: Ven, Señor. Aparta el odio del mundo: Ven, Señor, que exista un orden más justo: Ven, Señor.
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