Papa Francisco a los consagrados:
"Vivan el presente con pasión".
ROMA,
28 Nov. 14 / 06:56 pm (ACI/EWTN
Noticias).- El Papa Francisco ha querido dar de nuevo relevancia
al Año de la Vida Consagrada
que comienza este 30 de noviembre, primer domingo de Adviento y terminará el 2 febrero de 2016,
enviando una carta a todos los consagrados.
En la
carta, el Santo Padre desea que “se despierte el mundo”, dado que la
característica principal de la vida consagrada es la profecía. La carta enumera
los objetivos que tiene su celebración y se inspira en la Exhortación
“Vida Consagrada” que San Juan Pablo II publicó en 1996.
Para
Francisco existen sobre todo tres objetivos en la realización de la propia
vocación. Entre ellos, “mirar el pasado
con gratitud” para “tener viva la propia identidad, sin cerrar los ojos a
las incoherencias, fruto de las debilidades humanas y quizás también al olvido
de algunos aspectos esenciales del carisma”.
El
segundo objetivo claro es “vivir el
presente con pasión”, así como “el
Evangelio en plenitud y con espíritu de comunión”. Por último, el tercer
objetivo es “abrazar el futuro con
esperanza, sin desanimarse por tantas dificultades que se encuentran en
la vida consagrada a partir de la crisis vocacional”.
Por
otro lado, el Papa advierte de que no se debe “ceder a la tentación de los
números y de la eficiencia, menos todavía a aquella de confiar exclusivamente
en vuestras propias fuerzas”.
“La
fantasía de la caridad no conoce límites y necesita de entusiasmo para llevar
el evangelio a las culturas y a los más diversos ámbitos sociales”. Por ello,
“saber transmitir la alegría y la felicidad de la fe vivida en la comunidad
hace crecer laIglesia por capacidad de atracción”.
El
Santo Padre reconoció que “es el testimonio del amor fraterno, de la
solidaridad, del compartir, lo que da valor a la Iglesia. Una Iglesia que debe
ser forjada por profetas, y en cuanto tal, capaz de escrutar la historia en la
que vive y de interpretar los acontecimientos, denunciando el mal del pecado y
las injusticias”.
En la
misiva, el Papa espera que los consagrados no vivan de las “utopías”, sino que
sepan crear “otros lugares” donde se viva la “lógica evangélica del don, de la
fraternidad, de la diversidad, del amor recíproco”.
Para el
Papa, el Año de la Vida Consagrada es una ocasión propicia para que se dé una
“estricta colaboración entre las diferentes comunidades” en la “acogida de los
refugiados, en la cercanía a los pobres, en el anuncio del Evangelio, y en la
iniciación a la vida de oración”.
En la
carta el Papa tiene también palabras para los laicos que, junto a los
consagrados “comparten ideales, espíritu y misión”.
Por
otro lado, el Pontífice pide a los obispos que estén dispuestos a “promover en
las respectivas comunidades” los “distintos carismas, sosteniendo, animando y
ayudando en el discernimiento para así hacer resplandecer la belleza y la
santidad de la vida consagrada en la Iglesia”.
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