Una expresión muy viva en Teresa de Jesús, es “Hacerse Espaldas”, apoyados unos en otros. ¿Quién no ha sentido descanso cuando sentados, hemos apoyado la espalda, el uno en otro? “andan las cosas del servicio de Dios tan flacas, que es menester hacerse espaldas unos a otros los que le sirven para ir adelante… Es menester buscar compañía para defenderse, hasta que ya estén fuertes en no les pesar padecer; sino, se verán en mucho aprieto”.
Vivir la fe aisladamente, es un riesgo peligroso. El gran problema de nuestro mundo es un problema de fe. Sin darnos cuenta se nos contagia: acciones, pensamientos, criterios.
Para ser ágiles “atletas del espíritu”, Teresa nos invita a permanecer juntos, espalda con espalda. Es su estilo. Así nuestro punto débil queda defendido. Es un gozo vivir así. “el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid”. Nuestra Iglesia nos ofrece el regalo de la comunión. Cuando grupos, movimientos, personas, han pretendido vivir su fe de forma independiente, han experimentado el azote de un aislamiento empobrecedor. Teresa es referente. Nos invita a tener “amor unos con otros”. El Evangelio es iluminador: “En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común”
Rogelio Cabado
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