LIGEROS DE EQUIPAJE



«Seis cosas detesta el Señor y una séptima aborrece de corazón: ojos engreídos, lengua embustera, manos que derraman sangre inocente, corazón que maquina planes malvados, pies que corren para la maldad, testigo falso que profiere mentiras y el que siembra discordias entre hermanos» (Prov 6, 16-19)

Qué gusto da tirar por la borda unas cuantas cosas de esas que estorban. Fuera las comeduras de tarro que no conducen a ningún sitio. Los enfados y rencores duraderos, fuera también, que se gasta demasiado tiempo rumiando rencores y heridas. Fuera el miedo a los juicios de los presuntuosos o de los que se creen perfectos. Mandemos también al garete el orgullo si nos impide pedir ayuda, y la murmuración que solo hace daño. ¿Y qué decir del egocentrismo que a veces le hace a uno sentirse el centro del mundo? Que se vaya para no volver. Patada a la ingratitud, que demasiadas veces me impide darme cuenta de tanto como tengo. Para, más liviano, poder seguir caminando ligero de equipaje.

Pastoralsj

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