Ahora mismo, hoy, es el tiempo de gracia y salvación. Conviérteme a ti de todo corazón, con todo mi ser, sin escape posible. Derrúmbame de mis alturas, hazme consciente de mi pequeñez. Quema mi corazón obstinado, alejado de ti. Esparce mis cenizas entre las arenas del desierto. Hazme polvo y olvido de mi mismo, para que pueda entregarme, desaparecido en ti, y devolver la vida a los que andan cansados y agobiados, como ovejas sin pastor. Haz de esta cuaresma, Señor, un tiempo donde pueda vivir de tu misericordia, y transmitirla.
Dime una palabra
No hay comentarios:
Publicar un comentario