“Quiero tener un nieto”, pidió Bernardo a los Reyes Magos…
…y entonces llegó Alberto: “Yo te adopto”
Álvaro Real 12 de enero de 2017
Todo comienza en la Navidad del año 2013, en una residencia de ancianos de Ciudad Real (España). Allí un hombre octogenario Bernardo, viudo y sin descendencia escribió su carta a los Reyes Magos: “Quiero un nieto”. Bernardo se encontró con una grata sorpresa. Los Reyes Magos leyeron su carta y le enviaron un nieto: Alberto Cabanes, que tiene 25 años.
“Fue una situación instantánea, que surgió de la nada”, explica Alberto Cabanes en el programa de radio Fin de Semana de la Cadena COPE: “Melchor estaba allí y le preguntó a Bernardo que qué quería por Navidad y casualidad de la vida que yo estaba allí. Yo te adopto Bernardo, le dije inmediatamente”.
De esta sencilla historia nace la iniciativa “Adopta un abuelo” de la que participan más de 100 voluntarios y en la que ya hay 1.500 ancianos que buscan ser adoptados. Son jóvenes que adoptan un abuelo durante un curso escolar y su labor es sobre todo acompañar. “Hacemos visitas semanales recurrentes de hora y media”, afirma Alberto, “siempre respetando los periodos de exámenes y vacaciones”.
Bernardo, tiene ahora ochenta y nueve años y cuenta cómo vivió aquello: “Eso fue obra de Dios”. “No se porqué se me ocurrió decirle eso al Rey Mago”, recuerda: “Gracias a Alberto me he elevado”, explica muy emocionado: “Y esto va viento en popa”.
El reconocimiento a los abuelos
El reconocimiento a los abuelos
Para el
fundador y promotor de esta idea Alberto, no sólo se trata de acompañarles un
rato sino también de “resaltar la figura de todos los abuelos y abuelas del
mundo”.
“Desde
muy pequeño, por circunstancias de la vida, he tenido la gran suerte de vivir
con mis abuelos”, explica en su carta-promoción de la fundación: “Aquella
oportunidad me hizo aprender y comprender el gran valor que reside en la figura
de los abuelos. No ha habido ninguna vez que me hayan fallado, y tampoco les ha
faltado una sonrisa ni un gesto de cariño. Siempre estaban ahí cuando les
necesitaba, y siempre me mostraron una generosidad sin límites, ofreciéndome lo
mejor que tenían a su alcance”.
El
cariño y la alegría
En estos
tres años Adopta un Abuelo es la historia de muchas personas. Jóvenes
voluntarios y mayores que ha compartido parte de su tiempo, pero también sus
ilusiones, su sabiduría y su juventud. Unos combaten la soledad de las personas
mayores y otros reciben un aprendizaje incalculable: el cariño y la
comprensión. Para entenderlo sólo hay que observar la sonrisa de los nuevos
“nietos y abuelos”.
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