AMAR A NUESTRO PUEBLO


Es que... ¿tenemos otro mandamiento?
No, porque está dentro
de los mandamientos de un creyente,
porque Jesús amó a su pueblo
aunque su pueblo le despreció y le condenó.

Amar a nuestro pueblo
es mucho más que hacerle poesías,
dedicarle versos o hacerle homenajes;
para amar a nuestro pueblo
primeramente hay que entenderlo,
hay que saber qué le pasa,
por qué sufre, por qué está oprimido.
Para amar a un pueblo

hay que conocerle, saber cómo es,
cuáles son sus bellezas y sus problemas,
y quizá muchos de nosotros
que hemos nacido aquí
o que vivimos aquí,
no conocemos a este pueblo
o lo conocemos “tan por encima”
que... en realidad... no sabemos casi nada.

Señor,
ayúdanos a tomar conciencia
de lo que pasa en este pueblo,
danos esa capacidad de ser humildes
para entender la “culpa que tenemos”
y danos un amor tan valiente como el tuyo
para amar todo lo bueno y bello
que hay en nuestro pueblo
y para tratar de corregir y superar
lo que no tenga que ver con nuestra fe.

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