EN ÉXODO


La vida sobre ruedas o a caballo, 
yendo y viniendo de misión cumplida, 
árbol entre los árboles me callo 
y oigo como se acerca Tú Venida.

Cuanto menos Te encuentro, más Te hallo, 
libres los dos de nombre y de medida. 
Dueño del miedo que Te doy vasallo, 
vivo de la esperanza de Tú vida.

Al acecho del Reino diferente, 
voy amando las cosas y la gente, 
ciudadano de todo y extranjero.

Y me llama Tú paz como un abismo 
mientras cruzo las sombras, guerrillero 
del Mundo, de la Iglesia y de mí mismo.

P. Casldáliga

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