¿Un dios que no tiene las llagas de los hermanos? Es irreal.
En su homilía en Santa Marta Francisco identifica 3 realidades como la brújula del cristiano
La
misión del cristiano es seguir a Cristo crucificado, no a un dios descarnado
sino hecho carne que lleva en sí mismo las llagas de nuestros hermanos, afirmó
el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada la mañana de este
jueves en la Casa Santa Marta del Vaticano.
Al
comienzo de la Cuaresma resuena fuerte la invitación a convertirse, y la
liturgia del día, observó el Papa, pone esta exhortación ante tres realidades: el hombre, Dios y el camino.
La
realidad del hombre es la de elegir entre el bien y el mal: “Dios nos ha hecho
libres, la elección es nuestra”, dijo Francisco, pero “no nos deja solos”,
nos indica el camino del bien con los Mandamientos.
Después
está la realidad de Dios: “para los discípulos es difícil entender” el camino
de la cruz de Jesús. Porque “Dios ha asumido en sí mismo toda la realidad
humana, menos el pecado. No hay Dios sin Cristo. Un dios sin Cristo,
‘descarnado’, es un dios irreal”, advirtió
“La
realidad de Dios es Dios hecho Cristo por nosotros. Para salvarnos. Y cuando
nos alejamos de esto, de esta realidad, nos alejamos de la cruz de Cristo, de
la verdad de las llagas del Señor. Nos alejamos también del amor, de la caridad
de Dios, de la salvación y vamos por un camino de ideología de
Dios, lejana: no es un Dios que viene a nosotros y se hace cercano para
salvarnos, esta es la realidad de Dios”.
El Papa
citó el diálogo entre un agnóstico y un creyente comentado por un escritor
francés del siglo pasado: “El agnóstico de buena voluntad preguntaba al
creyente: ‘Lo que yo no puedo entender es ¿cómo Cristo es Dios?’. El creyente
responde: ‘Para mí esto no es un problema. El problema sería si Dios no se
hubiese hecho Cristo’. Esta es la realidad de Dios: Dios hecho Cristo, Dios hecho
carne y esta es la base de las obras de misericordia. Las llagas de
nuestros hermanos son las llagas de Cristo, las llagas de Dios, porque Dios
se hizo Cristo”.
La segunda realidad, no podemos vivir la Cuaresma sin esta realidad, nosotros debemos convertirnos, no a un Dios abstracto, sino al Dios concreto que se ha hecho Cristo”.
Finalmente está la tercera realidad, la del camino. Jesús dice: “si alguno quiere venir tras de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz todos los días y me siga”.
“La realidad del camino es la de Cristo: seguir Cristo, hacer la voluntad del Padre, como Él, tomar la Cruz de todos los días y negarnos a nosotros mismos para seguirle a Él. No hacer lo que quiero, sino lo que quiere Jesús. Seguir a Jesús. Y Él dice que en este camino perderemos la vida, para ganarla después”.
“Es un continuo perder la vida, perder la oportunidad de hacer lo que quiero, perder la comodidad, estar siempre en el camino de Jesús que es estar al servicio de los demás, en adoración a Dios. Este es el camino correcto”, añadió.
“El único camino seguro, concluyó el Papa, es seguir a Cristo crucificado, el escándalo de la cruz”. Y estas tres realidades, el hombre, Dios y el camino, son la brújula del cristiano”, para no equivocarse de camino.
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