Lo más importante es que la educación es un derecho y una oportunidad, pero tiene mucho de privilegio, pues no está al alcance de todo el mundo. Hay países, aún hoy, donde estar escolarizado, aprender a leer, a escribir, ya no digo acceder a una educación superior, es un sueño para muchos. Y por ese sueño hay quien camina millas todos los días. Hay quien aprovecha el tiempo con una intensidad que aúna esperanza y desesperación.
Hay quien se mata a trabajar para que sus hijos lo consigan. Y hay quien estudia de noche y sobrevive de día. Por eso, cuando uno ve la displicencia y desgana con que muchos afrontan esta oportunidad, te dan ganas de agarrarles por la solapa y gritarles: ¡Vamos! ¡Espabila! Es hora de ponerse las pilas, de tomarse en serio la educación y de creer en ella. Sin tonterías de pueblo rico.
José Mª Rodríguez Olaizola
No hay comentarios:
Publicar un comentario