El nombre de Jesús nos recuerda todo lo el amor simbolizado en él (Filip. II, 9,10). Hablando de él, nos sentimos iluminados; pensando en él, recibimos el alimento de nuestras almas; invocándole, encontramos la paz, como dice San Bernardo de Claraval.
En esta fiesta del Santísimo Nombre de Jesús, pidámosle que nos transforme y que seamos verdaderas imágenes de Jesús, portadores de su amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario