MISIÓN DE LA IGLESIA EN LA AMAZONIA Y EN EL MUNDO

Amazonía. Crédito: Flickr Andre Deak / dominio público (CC0 1.0)

La misión fundamental de la Iglesia: Anunciar con entusiasmo a Jesús, Salvador”.
El texto enviado este 21 de octubre es la cuarta entrega del Cardenal Jorge Urosa en el marco del Sínodo Amazónico que se realiza en el Vaticano.

“Sin duda, la misión fundamental de la Iglesia es anunciar a Jesucristo. Este punto ha sido acertadamente puesto de relieve por uno de los círculos menores. Y muy bien que lo hayan indicado. Se trata del centro de la misión de la Iglesia. Todos los otros temas: el ecológico, el social, el cultural, incluso el pastoral de los ministerios, la organización y la autoridad en la Iglesia son importantes pero secundarios”, afirma el Cardenal en su nuevo texto.

Estamos ya cerca de la culminación del Sínodo, y han sido dadas a conocer las relaciones de los diversos círculos menores. Muy interesantes y retadoras. Algunas innovadoras. Por supuesto habrá que considerar esas propuestas en la votación final.

Independientemente de lo que pueda suceder entonces, hay un punto clave para la revitalización de la Iglesia en Amazonia, que quiero destacar en este artículo. El Sínodo debe abiertamente proclamar que la Misión fundamental de la Iglesia es el anuncio de Jesucristo como nuestro Salvador

Y esto tanto para las comunidades indígenas de los Vicariatos misioneros, como para las Iglesias ya establecidas como Arquidiócesis y Diócesis y la Iglesia Universal. Es la necesidad de fortalecer la evangelización, el anuncio claro, explícito y abierto de Jesús como el Camino, la Verdad y la Vida, aquel en el cual se esclarece el misterio del ser humano, y toma sentido toda sabiduría humana.

EVANGELIZAR: LA MISION FUNDAMENTAL DE LA IGLESIA
Sin duda, la misión fundamental de la Iglesia es anunciar a Jesucristo. Este punto ha sido acertadamente puesto de relieve por uno de los círculos menores. Y muy bien que lo hayan indicado. Se trata del centro de la misión de la Iglesia. Todos los otros temas: el ecológico, el social, el cultural, incluso el pastoral de los ministerios, la organización y la autoridad en la Iglesia son importantes pero secundarios.

Lo que realmente interesa es que la Iglesia Católica en la Amazonia, así como en el mundo entero, viva y anuncie con la alegría del Evangelio –como nos pide el Papa Francisco–, su fe en Jesús, Dios de Dios, luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, el Rey de Reyes y el Señor de los Señores. El principio y el fin.

INCULTURAR EL EVANGELIO Y ANUNCIAR A JESÚS, CAMINO VERDAD Y VIDA
En efecto. ¡Hay que evangelizar e inculturar el Evangelio de Jesucristo! Claro está que no se trata de llevar la cultura europea u occidental a los indígenas. Se trata de presentar a Cristo como el Salvador y Redentor, como el amigo y hermano, con sus exigencias de cambio de vida, en el orden familiar, en la convivencia social, en el mundo económico, en cuanto al rechazo de los ídolos, y de la esclavitud a las fuerzas de la naturaleza. Que el Evangelio realmente entre en las culturas. Eso es Inculturar el Evangelio.

Y esto supone evangelizar abierta y explícitamente. No simplemente dialogar y acompañar. Claro que hay que hacer eso, pero también hay que ofrecer y presentar a Jesús. Recordemos a San Pablo: “¡Ay de mi si no evangelizara!” (1Co 9,16) La misión de la Iglesia es anunciar el Evangelio. Y sabemos que Cristo nos cambia radicalmente y crea el hombre nuevo, la nueva comunidad, la nueva familia, santificada por la gracia sacramental.

Esto nos exige a nosotros los agentes de pastoral, y especialmente a los obispos, sacerdotes y consagrados, una continua conversión personal y pastoral. Que reconozcamos personal y vivamente a Jesucristo como el Señor de la creación y de la Historia, como el Buen Pastor, como la luz del mundo, como nuestro Salvador. Y lo presentemos así a nuestros hermanos.

Aciprensa










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