TIEMPO DE CORONAVIRUS

La imagen puede contener: 16 personas

En estos días de incertidumbre, donde lo excepcional se ha convertido en lo cotidiano, se nos hace más patente que nunca que no somos dioses inmortales. El confinamiento nos obliga a vivir las cosas de otro modo, con otro ritmo más lento, donde podemos reflexionar sobre las cosas importantes de nuestra vida. Es un tiempo donde podemos tocar mucho más de cerca nuestra vulnerabilidad, finitud, heridas y sufrimientos, pero también, las bendiciones que el Señor ha puesto en nuestras vidas.
Se nos hace patente, de manera especial, que somos seres sociales. No somos capaces de vivir sin relacionarnos con otros. Sentirnos unidos en medio de la tempestad, haciendo nuestro el sufrimiento y acogiendo la esperanza del Cristo resucitado que nos configura como Iglesia, como comunidad y como criaturas amadas. Una experiencia de comunión espiritual con un Dios que nos ama y sale al encuentro de la forma más sencillas y humildes en el día al día. Señor, haznos sensibles a tu mirada y a tu voz para reconocerte, como los discípulos de Emaús, Que sepamos percibirte al partir del pan. Ayúdanos a vivir la esperanza de gastar nuestras vidas sintiéndonos amados y amando contigo!

E Ignaciana

No hay comentarios:

Publicar un comentario