EN TU CRUZ, SEÑOR

En tu cruz, Señor,  

sólo hay dos palos, 

el que apunta como una flecha al cielo 

y el que acuesta tus brazos.

  

No hay cruz sin ellos  

y no hay vuelo. 

Sin ellos no hay abrazo 

Abrazar y volar. 

Ansias del hombre en celo. 

Abrazar esta tierra 

y llevármela dentro. 

Enséñame a ser tu abrazo. 

Y tu pecho. 

A ser regazo tuyo  

y camino hacia Ti 

de regreso. 

Pero no camino mío, 

sino con muchos dentro. 

Dime cómo se ama 

hasta el extremo. 

  

Y convierte en ave 

la cruz que ya llevo. 

¡O que me lleva! 

 porque ya estoy en vuelo.

Ignacio Iglesias, sj 

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