Miércoles, día 18 de
junio de 2025. Mt 6, 1-6.16-18
LIMOSNA. ORACIÓN,
AYUNO.
En el Evangelio de hoy (Mt 6,1-6.16-18) se nos habla de tres realidades importantes para vivir nuestra vida cristiana. Tres realidades que recordamos el miércoles de ceniza, al comienzo de la Cuaresma: Limosna, oración y ayuno. Al comienzo mismo, en la primera frase de la exhortación se establece el principio general. Los que han acogido el Reino de los cielos deben cumplir la voluntad del Padre sin alardes ni ostentaciones de ninguna clase. En concreto, al hablar de la práctica de la limosna nos dice Jesús: "Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará". Jesús nos exhorta a vivir en profundidad y hasta las últimas consecuencias la práctica de limosna. Dios ve en lo secreto. La comunidad a la que va dirigida el Evangelio según san Mateo, sabe orar, pero necesita aprender a hacerlo de otra manera. La oración del cristiano ha de establecer una relación íntima con el Padre: entra en tu habitación y cierra la puerta. En un clima de abandono y confianza en Dios. Se trata de seguir el estilo de orar de Jesús. Al hablar del ayuno, nos dice: "Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y laváte la cara, para que tu ayuno lo note no los hombres, sino tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará". No basta hacer el bien, hay que hacerlo bien. Una carcoma de las buenas obras es la vanidad. No hagas el bien para apoyarte en él. Haz la gracia desde la gratuidad. Cuando no pienses en la recompensa, Dios te recompensará. A esto llamamos limpieza de corazón. En una cultura donde priva el culto a la imagen, Dios quiere que practiquemos bien la limosna, la oración y el ayuno.
Jueves, día 19 de junio de 2025. Mt 6, 7-15
"CUANDO
RECÉIS...".
En aquel tiempo, dijo
Jesús a sus discípulos: Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los
gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como
ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis.
Vosotros rezad así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os
perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco
vuestro Padre perdonará vuestras ofensas". En este texto bíblico nos
encontramos con una instrucción de Jesús sobre la oración. Orar a Dios no es
decir muchas palabras. Los paganos se pierden en la cantidad de palabras. La
oración se había convertido para los fariseos en un motivo de ostentación y
lucimiento externo: había dejado de ser un modo de alabar a Dios y era un instrumento
para alcanzar honor y prestigio. Seguidamente Jesús nos dice cómo hemos
de orar. Él nos enseña la oración del Padrenuestro. Jesús nos enseña a
dirigirnos a Dios con la misma confianza y cercanía con que Él lo hacía.
Nosotros invocamos a Dios, llamándole 'Padre nuestro'. Esta invocación inicial
sitúa toda la oración en un clima de profunda confianza y puede repetirse
delante de todas las demás peticiones. El Padrenuestro es el modelo de la
oración cristiana. En ella se encuentra un compendio de todo el Evangelio. En
el comentario final el evangelista retoma la primera petición de la segunda
parte e insiste en la necesidad del perdón. La voluntad de Dios también pasa
así por el perdón mutuo, por la reconciliación. El perdonar a los otros es el
camino para recibir el perdón de nuestras faltas por parte de Dios. Señor
Jesús, danos la gracia de rezar con sentido la oración del Padrenuestro.
Viernes, día 20 de
junio de 2025. Mt 6, 19-23
"DONDE ESTÁ TU
TESORO, ALLÍ ESTÁ TU CORAZÓN".
En aquel tiempo,
"dijo Jesús a sus discípulos: No atesoréis para vosotros tesoros en la
tierra, donde la polilla y la carcoma los roen y donde los ladrones abren
boquetes y los roban. Haceos tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni
carcoma que los roen, ni ladrones que abren boquetes y los roban. Porque donde
está tu tesoro, allí estará tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu
ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; pero si tu ojo está enfermo, tu
cuerpo entero estará a oscuras. Si, pues, la luz que hay en ti está oscura,
¡cuánta será la oscuridad!". Con este relato da comienzo una nueva sección
en el cuerpo central del sermón de la montaña. Las tres sentencias con que se
abre esta nueva sección tratan de advertir, desde diversas perspectivas, acerca
del peligro que suponen para el discípulo las riquezas. Más en concreto, la
referencia a las riquezas es evidente en la primera sentencia. Se habla de
'atesorar en la tierra'. En la tercera se nos advierte de 'servir al dinero'.
En cambio, en la segunda se compara al ojo sano con el ojo malo. Esta expresión
se refiere a la envidia. Libres de la envidia, los hombres tendrá una nueva
luz. Las personas no deben dejarse atrapar por las riquezas de este mundo. El
auténtico tesoro no está en lo que podemos acumular aquí en la tierra, sino en
lo que acumulemos en el cielo. En esto sí que hemos de poner nuestro corazón.
El discípulo, como cualquier siervo, sólo puede tener un señor. Es necesario
elegir entre Dios y el dinero.
Sábado, día 21 de
junio de 2025. Mt 6, 24-34
"NO ESTÉIS
AGOBIADOS".
Dijo Jesús a sus
discípulos: "No estéis agobiados por la vida pensando que vais a comer, ni
por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir. Mirad a los pájaros: ni
siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los
alimenta. (...) No andéis agobiados que vais a comer, o qué vais a vestir. Ya
sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo
buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por
tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio.
A cada día le basta su desgracia". De lo dicho anteriormente, Jesús saca
algunas consecuencias. Un modo eficaz de evitar el peligro que suponen las
riquezas es evitar la preocupación por los bienes materiales. Seis veces
aparecen expresiones relacionadas con el 'agobio'. Hoy hablaríamos de 'estrés'.
Formamos parte de la generación anclada en la prisa. Somos también hijos de la
información, pero huérfanos de la comunicación. A estos discípulos Jesús los
invita a poner toda su confianza en Dios. Lo necesario es buscar el Reino de
Dios y su justicia. Estas exhortaciones están relacionadas con las
Bienaventuranzas y el Padrenuestro. En las Bienaventuranzas se declara dichosos
a los pobres, y aquí se explica que quienes viven sin angustiarse por los
bienes de este mundo es porque han puesto el Reino de Dios en el centro de su
vida y lo esperan todo de Dios. En el Padrenuestro los discípulos son invitados
a pedir el pan necesario para hoy, lo cual equivale a poner toda la confianza
en el Padre providente del cielo, de quien el discípulo lo recibe todo. Señor
Jesús que vivamos el espíritu de las Bienaventuranzas y del Padrenuestro.
Domingo, día 22 de
junio de 2025. Lc 9, 11b-17
SOLEMNIDAD DEL
SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Hoy es domingo, el día
del Señor. Celebramos en este domingo la solemnidad del Santísimo Cuerpo y
Sangre del Señor. En la primera lectura (Gén 14,18-20) se nos presenta a
Melquisedec, como rey de paz y sacerdote del Dios Altísimo, bendiciendo a
Abrán. Ofrecía pan y vino. El pan es fortaleza y el vino es alegría. San Pablo
nos ofrece (1Cor 11,23-26) el relato más antiguo de la institución de la
Eucaristía. Afirma con toda solemnidad: "Yo he recibido una tradición, que
procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la
noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de
Gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros. Haced
esto en memoria mía. Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis,
en memoria mía. Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz,
proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva". El Apóstol fija su
mirada en Jesucristo que es la fuente. El Señor Jesús instituye la Eucaristía,
sacramento de la caridad. Cada vez que participamos en la Eucaristía nos unimos
a la muerte y resurrección de Jesús y nos llenamos de amor. El banquete
eucarístico es también un anticipo del banquete del Reino. En la celebración de
la Eucaristía experimentamos la presencia del Señor resucitado hasta que vuelva
en su gloriosa venida. En el relato evangélico (Lc 9,11b-17) se nos habla de la
multiplicación de los panes y los peces. Con ello Jesús da de comer a una
multitud de personas. Es un signo anticipado de la presencia y alimento en
la Eucaristía para todos. Hoy es día de Caridad por excelencia. La
colecta es para Caritas. Señor Jesús danos la gracia de participar en la Eucaristía
con ojos nuevos para descubrirte cada día en los más pobres.
Lunes, día 23 de junio
de 2025. Mt 7, 1-5
NO JUZGUÉIS Y NO
SERÉIS JUZGADOS
Por aquel entonces,
dijo Jesús a sus discípulos: "No juzguéis, para que no seáis juzgados.
Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán
con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no
reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano:
Déjame que te saque la mota del ojo, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita:
sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del
ojo de tu hermano". En este texto aparece tres veces la palabra hermano.
Esto nos está indicando que la instrucción se refiere al juicio que unos
miembros de la comunidad hacen sobre otros. Posiblemente en la comunidad a la
que se dirige el evangelista existían diversos grupos y tendencias que se
criticaban entre sí. El texto evangélico desaprueba esta actitud entre
hermanos. Más todavía, les invita a cambiar, utilizando un lenguaje llamativo y
exagerado (paja, viga en el suyo). Para ir logrando este cambio, antes de
fijarnos en los defectos de los demás, hemos de reconocer los nuestros. Si
actuamos de este modo, miraremos a los demás con la comprensión y el amor con
que Dios los contempla. Es indudable que la convivencia gozosa y enriquecedora
entre nosotros depende de nuestra generosidad, respeto y capacidad de perdón.
Señor, perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a quienes nos han
ofendido.
Martes, día 24 de
junio de 2025. Lc 1, 57-66.80
"JUAN ES SU
NOMBRE"
"A Isabel se le
cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y
parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban
con ella. A los ocho días vinieron a circuncidar el niño, y querían llamarlo
Zacarías, como a su padre; pero la madre intervino diciendo: ¡No! Se va a
llamar Juan. Y le dijeron: Ninguno de tus parientes se llama así. Entonces
preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una
tablilla y escribió: Juan es su nombre. Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a
Dios (...) Y todos los que los oían reflexionaban diciendo: Pues ¿qué será este
niño? Porque la mano del Señor estaba con él. El niño crecía y se fortalecía en
el espíritu, y vivía en lugares desiertos hasta los días de su manifestación a
Israel". Celebramos hoy la solemnidad del nacimiento de Juan Bautista, precursor
del Señor, el mayor de los nacidos de mujer. El texto evangélico nos presenta
las circunstancias que rodearon el nacimiento del Bautista. Las promesas de
Dios a Zacarías se realizan en medio de la alegría, signo de que los tiempos
del cumplimiento han llegado. Como era costumbre, los vecinos y parientes dan
por hecho que el niño se llamaría Zacarías, como su padre. Ahora bien, el
acuerdo entre la madre y el padre en un nombre que no era familiar aparece como
divinamente revelado. De ahí que al recuperar recuperar Zacarías el habla,
todos los vecinos se interrogasen sobre el futuro del Mesías. ¿Qué significa el
nombre de Juan? Significa: "Dios nos ha mostrado su favor".
Precisamente en el prefacio de la Eucaristía se nos sintetiza la misión de Juan
Bautista: Fue abriendo caminos al Salvador, cuya presencia entre los hombres
señaló con claridad, como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Juan llegó a dar su sangre como supremo testimonio por el nombre de Cristo. De
algún modo, todos prolongamos su misión. Como el Bautista señalemos a Jesús
como el Salvador de todos los hombres y vivamos fielmente, como el Bautista,
nuestra vocación cristiana en medio del mundo.
Miércoles, día 25 de
junio de 2025. Mt 7, 15-20
"POR SUS FRUTOS
LOS CONOCERÉIS"
En aquel tiempo,
"dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas falsos; se acercan
con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los
conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así,
todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un
árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El
árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, por sus
frutos los conoceréis". En tiempos de Jesús existían en el pueblo de
Israel auténticos y falsos profetas. Los primeros cristianos no han de bajar la
guardia ante posibles falsos profetas con piel de oveja. Los verdaderos
profetas eran tenidos en gran estima. ¿Cuáles son los criterios para distinguir
los verdaderos de los falsos profetas. Según el Evangelio la clave para
detectar quién es el auténtico profeta no es su doctrina, sino sus obras.
La autenticidad del verdadero profeta, como la del árbol bueno, se conoce por
sus frutos. No cabe la menor duda de que también hoy existen falsos profetas
que venden libertad absoluta, pero luego atan y crean dependencia y adicción.
Señor Jesús, Tú eres el auténtico profeta. Danos la gracia de detectar a los
falsos profetas que venden felicidad aparente.
Jueves, día 26 de
junio de 2022. Mt 6, 21-29
"EDIFICAR NUESTRA
CASA SOBRE ROCA".
Por aquel entonces,
"dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice : Señor,
Señor" entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de
mi Padre que está en los cielos (...). El que escucha estas palabras mías y las
pone en práctica, se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre
roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y
descargaron sobre la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre
roca. El que escucha y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio
que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos,
soplaron los vientos y rompieron sobre la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue
grande. Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su
enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como sus escribas".
Estamos al final del sermón del monte. La comparación con la que se cierra el
sermón es la invitación a poner en práctica las enseñanzas de Jesús contenidas
en dicho sermón. El que las escucha y pone en práctica ha cimentado su casa
sobre roca. En cambio, el que se conforma con escuchar, pero no pone por obra
las exigencias de la Palabra de Dios edifica su casa sobre arena. En la
parábola de las dos casas se encierra esta gran verdad: El tiempo que Dios nos
ofrece en este mundo es para construir día a día la casa de nuestra vida.
Siempre estamos en construcción. Sea para bien o para mal. No se trata de
invocar el nombre de Jesús, sino cumplir la palabra de Dios, vivir el plan de
Dios. ¿Cómo estamos edificando la casa de nuestra existencia terrena? Termina
el sermón del monte dejando claro la admiración que esta enseñanza de Jesús
provoca en la gente. Se trata de una enseñanza nueva que tiene autoridad, no
como la de los escribas y fariseos. Cada día, al rezar el Padrenuestro,
decimos: "Hágase tu voluntad".
Viernes, día 27 de
junio de 2025. Lc 15, 3-7
SOLEMNIDAD DEL SAGRADO
CORAZÓN DE JESÚS
Hoy celebramos la
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Desde la perspectiva bíblica, la
palabra corazón tiene una importancia excepcional: "El corazón es la
morada donde yo estoy, o donde yo habito (según la expresión semítica o
bíblica: donde yo me adentro). Es nuestro centro escondido, inaprensible, ni
por nuestra razón ni por nadie; sólo el Espíritu de Dios puede sondearlo y
conocerlo. Es el lugar de la decisión, en lo más profundo de nuestras
tendencias psíquicas. Es el lugar de la verdad, allí donde elegimos entre la vida
y la muerte. Es el lugar del encuentro, ya que a imagen de Dios, vivimos en
relación: es el lugar de la Alianza" (Cat. n.2563). Desde esta perspectiva
que nos ofrece el Catecismo, podemos entender el mensaje de la solemnidad que
hoy celebramos. En la primera lectura (Ez 34,11-16) se nos recuerda que Dios,
harto del mal comportamiento de las pastores, llega a decir: Yo mismo
apacentaré mis ovejas y las haré reposar". Desde su experiencia, el
salmista reconoce: "El Señor es mi pastor, nada me falta" (Sal 22).
En el texto del Evangelio (Lc 15,3-7) se nos presenta a Cristo como el pastor
que nos busca como ovejas perdidas, que se alegra de encontrarnos y que nos
recuerda la alegría que hay en el cielo por un solo pecador que se convierta.
Más todavía, el Apóstol (Rom 5, 5b-11) nos habla de Jesús que murió por
nosotros cuando todavía éramos pecadores. La Palabra de Dios, que proclamamos
en esta solemnidad, nos va describiendo el Corazón de Jesús desde la
perspectiva del Buen Pastor, que nos amó hasta el extremo de dar su vida por
cada uno de nosotros. Ciertamente, el Corazón de Jesús simboliza el amor
infinito que Dios nos tiene. Gracias, Señor Jesús, que cuidas de nosotros, como
el Buen Pastor.
Sábado, día 28 de
junio de 2025. Lc 2, 41-51
INMACULADO CORAZÓN DE
MARIA
Después de celebrar
ayer la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, la liturgia nos invita a
celebrar hoy la memoria del Inmaculado Corazón de María. Varios textos del
Nuevo Testamento nos acercan, desde diversas perspectivas al corazón de María. Este
corazón nos evoca el mundo de sentimientos de la Madre del Señor y de nuestra
Madre espiritual: ella conoce la alegría desbordante (cfr. Lc.1,28.47), pero
también la turbación (cfr. Lc.1,29), el desgarro (cfr. Lc.2,35), las zozobras y
angustias (Lc.2,48) tal como aparece en el Evangelio de hoy (Lc.2,41-51). María
es asimismo la creyente que 'guarda y medita en su corazón' los momentos de la
manifestación de Jesús, ya en el nacimiento (Lc.2,19), o más tarde en la
primera pascua del niño (Lc.2,51). Desde esta perspectiva, el corazón de María
aparece entonces como la cuna de toda la meditación cristiana sobre los
misterios de Cristo. Además, María es modelo del verdadero discípulo, que
escucha la Palabra, la conserva en el corazón y da fruto con perseverancia
(cfr. Lc.8,11-15.19-21 y 11,27-28). María es, en fin, la mujer nueva que vive
sin reservas ni cálculos el don y los afanes del amor: el corazón de María es
su amor. En efecto, su corazón es el centro de su amor a Dios y a los hombres.
Existe, pues, una sintonía perfecta entre el corazón de Jesús y el corazón de
María, su madre y nuestra madre. El corazón de María se muestra así como un
corazón dilatado y poblado de nombres, en especial de los nombres de los
últimos. Así nos lo recuerda san Juan Pablo II: La Iglesia, acudiendo al
corazón de María, a la profundidad de su fe, expresada en las palabras del
Magnificat, renueva cada vez mejor en sí la conciencia de que no se puede
separar la verdad sobre Dios que salva, sobre Dios que es fuente de todo
don, de la manifestación de su amor preferencial por los pobres y los humildes,
que, cantando en el Magnificat, se encuentra luego expresado en las palabras y
obras de Jesús" (Redemptoris Mater, n.37).
Domingo, día 29 de
junio de 2021. Mt 16, 13-19
Y VOSOTROS QUIEN DECIS
QUE SOY YO
Hoy es domingo, el día
del Señor. El evangelio de hoy nos dice que "una vez que Jesús estaba
orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: ¿Quién dice la gente
que soy yo? Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías,
otros dicen que ha vuelta a la vida uno de los antiguos profetas. Él les
preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo: El
Mesías de Dios. Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie". Los
discípulos se hacen eco del parecer de la gente. Algunos contemporáneos de
Jesús sostenían que él era el Bautista que había vuelto a la vida; otros le
relacionaban con Elías o con otro de los antiguos profetas. A juzgar por estas
respuestas, la gente no tenía una opinión negativa de Jesús. Éste no se
conforma con la opinión de la gente en general. Desea conocer el parecer de sus
discípulos, y les pregunta a ellos directamente. Pedro toma la palabra y afirma
que Jesús es el 'Mesías de Dios'. Jesús confirma a Pedro como roca para
edificar la Iglesia. Amemos a la Iglesia y pidamos por el vicario de Cristo en
la tierra.
Lunes, dia 30 de junio
de 2025. Mt 8, 18-22
"MAESTRO, TE
SEGUIRÉ ADONDE VAYAS"
En aquel tiempo,
"viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de cruzar a la otra
orilla. Se le acercó un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió: Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el
Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. Otro, que era de los
discípulos, les dijo: Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre. Jesús le
replicó: Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos". Este
texto evangélico contiene dos breves diálogos. En el primero se trata de un
letrado que se acerca a Jesús y le manifiesta su total disponibilidad para
seguirle. Jesús le responde recordándole las exigencias del discipulado. Seguir
a Jesús conlleva asumir su mismo estilo de vida, sin casa y sin techo. En el
segundo diálogo el interlocutor es uno de sus discípulos. Lo que Jesús le exige
es verdaderamente sorprendente, ya que atenta contra la más sagrada obligación
que un hijo tenía para con su padre: darle sepultura. No cumplirla es una
acción vergonzosa, que supone una ruptura radical de los vínculos de
solidaridad familiar. En ambos diálogos aparece con claridad que el seguimiento
de Jesús debe anteponerse a todo. Señor Jesús, apoyados en tu gracia, queremos
seguirte de cerca.
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