EL PAN DE LA PALABRA



Miércoles, 26 de febrero de 2025. Mc 9, 38-40

EL QUE NO ESTA CONTRA NOSOTROS ESTA A FAVOR NUESTRO.

 

En el evangelio de hoy se recogen estas palabras que Juan dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros. Jesús respondió: No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro". Arrojar los demonios en nombre de Jesús es manifestar fe en su persona. El exorcista en cuestión, aunque no sea discípulo, está con Jesús. El Maestro tiene claro que el que haga un milagro en su nombre no está contra él. Jesús quiere corregir la estrechez de miras de Juan y de los demás discípulos. También, hoy, a veces, y con una profunda estrechez miras, nos fijamos demasiado en los aspectos que nos distinguen, al tiempo que nos separan, de otros grupos, movimientos y asociaciones de la Iglesia. Nos falta altura de miras, para vivir con gozo la diversidad de carismas en el seno de la Iglesia. Cada regalo del Espíritu Santo es para embellecer el rostro de la Iglesia. Hemos de huir de toda mentalidad que confunde la unidad de la Iglesia con la uniformidad. La Iglesia, fundada por Jesucristo, es, a la vez, una y católica. Es evidente que la catolicidad, olvidando la unidad en lo esencial, deriva en división. Pero también, la unidad, al margen de la catolicidad, se convierte en uniformidad. Todos los carismas están orientados a la construcción del único Pueblo de Dios. Es muy sabia la enseñanza del Concilio al respecto cuando afirma, hablando de los carismas: "El juicio de su autenticidad y de su ejercicio razonable pertenece a quienes tienen la autoridad en la Iglesia, a los cuales compete ante todo no sofocar el Espíritu, sino probarlo todo y retener lo que es bueno (cfr. ITes.5,12 y 19-21)" (LG.n.12. Si seguimos esta orientación del Concilio, tendremos altura de miras ante los diversos carismas.