“La justicia que Dios quiere”


La figura personal de este domingo es la figura del profeta (Habacuc y Juan Bautista).Es su misión leer el momento, interpretar los signos de los tiempos, ver lo que está sucediendo. Es su misión transmitir la voluntad de Dios, decir al pueblo que Dios quiere de él, urgir una reacción inmediata, que siempre tendrá la dirección de una conversión a la justicia que Dios quiere. La figura, el tema, el valor… central del mensaje profético hoy es la JUSTICIA.A ella hacen referencia las tres lecturas. Pero no se trata de cualquier justicia, sino de la justicia que Dios quiere. Es la justicia que anuncian quienes vienen desde el desierto, de aquella situación en la que tiene lugar la experiencia de Dios. 
Es en el desierto así entendido, de donde viene Juan, donde se conoce de veras cuál es la justicia que Dios quiere. Es aquella que no se conforma con dar a cada uno “lo que es suyo”, “lo que merece”, “a los que tiene derecho según la ley”. 
La justicia que Dios quiere es aquella que da a toda persona, sin distingos ni discriminaciones, lo que necesita para (lo esencial y necesario) para vivir con dignidad como persona y como hijo o hija de Dios. Desde el pan de cada día al reconocimiento efectivo de la dignidad humana. Esta es la Justicia del Reino que Jesús proclamará como lo único necesario; todo lo demás vendrá por añadidura. Esto es allanar los caminos del Señor, para que Dios pueda transitar por esta sociedad y venir hacia nosotros o para que esta humanidad esté en condiciones de reconocer y acoger su presencia. Esta es la invitación a la conversión integral.


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