EN EL CENTRO, DIOS Y LOS OTROS


¿A que parece una locura? Descentrarse. Pero no lo es. Locura es lo contrario. Hacer que todo pivote tan en torno a uno que te quedes como ensimismado. De hecho, ¿no es verdad que las mayores preocupaciones, emociones, y lo que de verdad nos apasiona y alegra en la vida, tiene que ver con esos otros, y con el Dios que le pone sentido a todo? Es ahí donde se juega el amor, las mayores ilusiones, lo que nos quita el sueño o lo que nos eleva al cielo. Convertirse uno mismo en el centro es demasiado minúsculo. Es mejor salir. Salir y dejarse bandear en el encuentro, en el choque, en la diversidad y la diferencia, en las preguntas que uno mismo no sabe responder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario