Pon en mi boca el silencio de la palabra, en mis entrañas el silencio del corazón, en mi ser el silencio del ser, para poder ser pronunciado por ti. Vísteme con tu silencio para despojarme junto a tu cruz. Que mi oración solo sea tu oración en mí, silenciosa, desprendida, perdida, vacía. ¿Cómo desaparecer en la orilla de tu palabra que vuelve a ti tras empapar la tierra?
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