El humor
Humor, una palabra muy simple pero llena de contenido si se comprende y se sabe interpretar, supone respeto, confianza, humildad.
Las enseñanzas de Jesús nos ayudan a vivir las Bienaventuranzas con alegría, con ese gozo que nos da el Señor y saber aceptar el sufrimiento.
Una oración de Santo Tomás Moro sencilla y expresiva dice así:
“Señor, dame una buena digestión y, naturalmente, algo bueno para digerir.
Dame la salud del cuerpo y el buen humor necesario para conservarla.
Dame un alma sana, Señor, que tenga siempre ante los ojos lo que es bueno y lo que es puro, de forma que no se escandalice ante el pecado, sino que sepa encontrar el modo de ponerle remedio.
Dame un alma que no conozca el aburrimiento, las murmuraciones, los suspiros, las lamentaciones, y no permitas que me tome demasiado en serio eso tan avasallador que se llama “yo”.
Señor, dame el sentido del humor. Concédeme la gracia de entender las bromas, a fin de tener alegría en la vida y hacer partícipes de ella a los demás. Amén”.
María Josefa Cases.
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