EL PAPA QUIERE UNA IGLESIA POBRE PARA LOS POBRES

Papa Francisco: ¡Basta con el comercio de las bendiciones papales!
El Vaticano retoma el monopolio de la venta de bendiciones en pergamino. 
Esto provoca el descontento de los vendedores alrededor de la Plaza de San Pedro, pero beneficia a los pobres

¡Se acabó el negocio de las bendiciones apostólicas en pergamino!

A partir de ahora, los recién casados no podrán obtener en las tiendas el preciado papel, marcado con el sello de la Limosnería Apostólica, con la  bendición del Papa, que estaban tan orgullosos de enmarcar y colgar encima del lecho matrimonial. Tendrán que pedirlo – a partir de ahora será el único modo – directamente a la Limosnería Apostólica. Ésta dedicará exclusivamente a los pobres el beneficio de las ventas.


En estos momentos de más precariedad, la voluntad del Papa, que “quiere una Iglesia pobre para los pobres”, es la de ayudar sobre todo a estos últimos. En los dos últimos meses, gracias al beneficio percibido por este “comercio”, su limosnero ha podido distribuir 200.000 euros a personas en dificultad, ayudándoles a pagar facturas o alquileres. Al retomar el monopolio, la Santa Sede espera hacer aún mejor.


Muy popular en Roma,  el limosnero del Papa, monseñor Krajewski, se dirige a menudo en persona a las personas que escriben al Papa y les entrega la ayuda él mismo. “Tu no te quedarás tras un escritorio a firmar pergaminos”, le había dicho el Papa, cuando le nombró para dirigir la Limosnería Apostólica en agosto de 2013. “Tu debes estar todo el tiempo entre la gente”. 


Un comercio (muy) lucrativo
La decisión viene del Papa Francisco en persona (concluyendo un proceso emprendido hace cuatro años con Benedicto XVI). Esto ha provocado el descontento de las decenas de tiendas de souvenirs alrededor del Vaticano, que se ven afectadas, después de varias décadas de este comercio lucrativo: cada pergamino se vende (en ocasiones diversas como bautismos, comuniones, bodas, etc.) entre 10 y 50 euros – e incluso más – cuando en realidad, cuesta como mucho 10 ; y solamente esos diez son devueltos a la Limosnería Apostólica. Esto, según el Vatican Insider, permite a estos “mercaderes del templo” obtener un beneficio entre 15.000 y 25.000 euros mensuales.
El pasado 12 de abril, monseñor Konrad Krajewski, limosnero pontificio, les envió una carta informándoles de que a partir del 1 de enero próximo, no podrán seguir vendiendo a los fieles o a los peregrinos los famosos souvenirs. Desde ese momento, será la Limosnería Apostólica la que tendrá el monopolio. El Papa sin embargo ha extendido la facultad de concederlo a las nunciaturas,  con lo que algunos conventos de clausura podrán fabricar los ejemplares más preciados, escritos a mano. Por ahora, unas cincuenta tiendas han escrito una proptesta al Papa Francisco.
Unos pocos clicks, suficientes para pedirlos
Fue el Papa León XIII quien concedió al limosnero pontificio la facultad de conceder la bendición apostólica en pergamino, para que su servicio (12 empleados y 17 colaboradores a día de hoy) tuviera los medios para practicar la caridad (que es su razón de ser).  La venta de estos documentos en las tiendas o en las librerías se remonta al año santo de 1950. El Vaticano no podía entonces afrontar solo la riada de peticiones llegadas del mundo entero.
Actualmente, se necesitan unos pocos clicks para hacer la petición en línea en internet, con lo que la colaboración de estos intermediarios ya no es necesaria.
En definitiva, con esta decisión, lo estará aún más.

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