EN LA FRONTERA DE MÉXICO
El silencio
se debe a que muchas mujeres tienen miedo a admitir que fueron violadas, además
de que no cuentan con documentos que acrediten su estancia legal en México en
primer lugar. “Al denunciar un delito como violación a las autoridades, las
mujeres se arriesgan a ser deportadas”, señala el reportaje.
Pago con sexo
“Creo
que casi todas las mujeres son víctimas de abuso en su camino al norte”, dijo a
Fusion Elvira Gordillo, una abogada defensora de derechos humanos de migrantes,
quien describe que, las mujeres y niñas centroamericanas saben que hay un
precio para cruzar hacia Estados Unidos: el precio es ser violadas.
La
violencia sexual a la que se enfrentan mujeres y niñas centroamericanas es tal
debido a que las bandas criminales la utilizan como parte del precio que exigen
a migrantes. El sexo funciona como una forma de pago a la que las mujeres
migrantes recurren cuando no tienen recursos suficientes o necesitan pagar
cuotas y sobornos por “protección” en su camino hacia el norte.
Otro
riesgo al que se enfrentan las mujeres migrantes que cruzan por territorio
mexicano es el de terminar en redes de prostitución, pues en muchas ocasiones
son engañadas por los traficantes, quienes les prometen un “trabajo seguro”,
para luego secuestrarlas y enrolarlas a la prostitución.
El
documental de Fusion integra imágenes en vivo, entrevistas, testimonios y
denuncias del horror de ser mujer, ir a Estados Unidos, tratar de mejorar su
vida y terminar en la peor de las violencias posibles, usando su cuerpo como
moneda de cambio para los criminales… o las autoridades, que en este terreno se
confunden fácilmente.
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