CRISTO ES EL REGALO DE NAVIDAD

La falsa Navidad no es la abundancia de regalos 
sino la ausencia de Jesús
Giuliano Guzzo



La convicción que muchos, incluso entre los creyentes, se han hecho respecto a la Navidad es que lo que perturba un auténtico festejo natalicio son, sobretodo, el consumismo y la búsqueda de los regalos de estos días. Muchas personas piensan así pero –sea dicho respetuosamente– se equivocan.
No porque el consumismo, cuando es excesivo, no sea un problema, sino porque la falsa Navidad no es la abundancia de regalos sino la ausencia de Jesús; es tener una fiesta sin el festejado.
Y si por un lado es verdad que una atención desmesurada a los regalos puede distraer del sentido de la Navidad, por otro no es cierto que evitando darse regalos automáticamente se vuelva uno partícipe, como por magia, de la esencia de la Navidad.
En ese sentido, el gran Gilbert Keith Chesterton (1874 – 1936) se anticipa decenios sobre las polémicas del consumismo natalicio, observando:

Hace poco leí la afirmación de una señora sobre el tema: dice que usted no “daba regalos” en el sentido ordinario, sensual y terrenal de la expresión; pero el Cristo mismo es un regalo de Navidad.

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