NO TIENE DESPERDICIO

HOMILÍA EUCARISTÍA PROVINCIA “IBÉRICA” – FFMMDP – 18/01/15

Queridas hermanas FFMMDP, en primer lugar quiero agradeceros la invitación que me habéis hecho para participar y compartir junto a vosotras en esta celebración, en la que, como nos decían al principio en la monición de entrada, confluyen tres aspectos que son reseñables y que nos pueden ayudar a reflexionar…a serenarnos y a dejar que la Palabra y el Espíritu vayan calando en nuestros corazones individuales, para que lo puedan hacer en el corazón colectivo de nuestras comunidades y congregaciones religiosas.
El primer acontecimiento, es el inicio de la semana de oración por la unidad de los cristianos…no por ser repetida a lo largo de los años deja de perder importancia la oración al Señor por la Unidad de quienes decimos creer y seguir a Cristo…y de una manera especial y de forma rotunda debemos pedir, caminar y luchar por la Unidad entre nosotros…a veces se nos llena la boca hablando, reflexionando, rezando porque los católicos limen asperezas con los ortodoxos, y ambos con los protestantes…lo decimos convencidos y en esta semana lo repetiremos, pero sin embargo…nos mostramos intransigentes con la hermana o hermano de comunidad que no piensa como nosotros y preferimos no hablarle y mantener las distancias…somos capaces de participar en oraciones interconfesionales y ecuménicas…pero mantenemos el rencor y la duda sobre los que forman parte de mi comunidad porque algún día rozamos o no nos entendimos…rezamos por la unidad pero a veces, no somos transparentes en nuestras relaciones fraternas y nos cuesta decir las palabras mágicas: gracias, perdón, te quiero….en definitiva, este pistoletazo de salida a la semana de oración, nos invita a cuestionar la unidad propia de los que rezamos por la unidad de todos…nadie puede dar lo que no tiene…apostemos en este inicio de año, de nuevos tiempos y esperanzas por formar, crear y vivir en comunidades unidas, donde las personas nos queramos desde el respeto y el cariño, donde se hable el lenguaje de la ternura, compasión y misericordia. Ojalá que seamos portadores de vida plena en la comunión de la vida diaria con los que nos toca, gozosamente, vivir…san Agustín lo definió con claridad: “En lo esencial UNIDAD, en lo dudoso LIBERTAD, en todo CARIDAD”.

El segundo acontecimiento que no debemos dejar que pase de largo, es la celebración de la Jornada Mundial de las migraciones y los refugiados…este tema toca de manera frontal en la línea de flotación de nuestra vida como consagrados y seguidores de Jesús…la categoría humana y evangélica de una comunidad irá de la mano con la sensibilidad que esta tenga para con los pobres, y hoy, en nuestras ciudades, colegios, parroquias…muchos de los pobres son personas que han emigrado buscando refugio y consuelo. En no pocas ocasiones hemos mirado para otro lado, no queremos comprometernos, nos cuesta dar prioridad y optar preferencialmente por ellos, no con un paternalismo que resta oportunidades, sino como solidaridad enraizada en la vida de Jesús de Nazareth que los puso por delante de todo, incluso de lo ritual y del cumplimiento estricto de la observancia hueca y vacía. Hoy Jesús pasa y está a nuestro lado, y no lo vemos o no queremos verlo…y esto va en la línea del Evangelio que hoy hemos proclamado… Hay que ver…Juan y los dos discípulos fueron capaces de ver a Jesús y fijarse en El, detener su mirada, y entender al instante que tenían que seguirle. Se dice que eran rudos pescadores, pero nos dan una lección de sensibilidad. Hoy en día Jesús sigue pasando delante de nosotros, pero nos cuesta fijarnos y mucho más detener nuestra mirada. Jesús pasa, y no lo hace precisamente cargado de majestuosidad ni solemnidad, lo hace encarnado en todos los hombres y mujeres que sufren las injusticias y la marginalidad de nuestro mundo…ojalá que a la luz de esta jornada mundial, renovemos nuestro compromiso de apostar por la sensibilidad con los otros, con los que sabemos que no son aceptados ni queridos…
Y por último, y no por ello menos importante, celebramos en esta tarde, el recuerdo alegre y festivo de la constitución de la Provincia Ibérica “María Ana Mogas”. Hecho que engrandece a vuestra congregación que ha buscado la revitalización de la vida religiosa, atendiendo a los signos de los tiempos y abogando por una reestructuración que la lleve a ser más auténtica y evangélica. La Iglesia en salida de la habla el Papa Francisco, pasa por cambios que afectan a lo estructural, para que puedan llegar a lo profundo y esencial…la historia de la congregación y su presencia en los diferentes lugares donde ha estado y está hacen que está tarde volvamos la mirada al pasado con gratitud, en el recuerdo emocionando de lo que fuisteis y lo que hoy sois. Una mirada que no puede por menos que detenerse ante María Ana Mogas, fundadora y bajo cuya advocación habéis querido iniciar el camino de la provincia. La herencia carismática recibida, y que habéis sabido adaptar creativamente a los diferentes momentos y lugares, es ilusionante y llena por dentro, lo dicho y hecho por la Beata María Ana, es el mayor impulso que podéis recibir para que cada día como hermanas y comunidades, como Provincia, viváis en la itinerancia permanente de la que habla el cayado, en camino siempre nuevo y sin miedo, ligeras de equipaje, de las que nos habla el zurrón, y con la bandera de la esperanza puesta no en vuestras fuerzas, sino en Aquel que nos las da y nos conforta en las dificultades.
Vivir el presente con pasión, sabiendo que estamos de paso, y que no debemos calcular a la hora de amar, teniendo el Evangelio como norma suprema de vida, y cuidando que nada ni nadie lo ahogue o le quite fuerza. Un presente jalonado con la vida de muchas hermanas entregadas a los diferentes apostolados y labores, por las que la Iglesia se siente orgullosa, de una manera especial traemos a nuestro recuerdo a las hermanas mártires Asunta, Isabel y Gertrudis, las cuales nos han dejado una estela que habla de fidelidad, autenticidad y entrega.
Y nos queda, abrazar el futuro con esperanza, porque la esperanza nunca defrauda…el futuro que siempre es incierto, pero lleno de sorpresas y oportunidades, en clave evangélica debemos entenderlo como puertas abiertas a la creatividad, a reinventarse siempre teniendo en cuenta que nuestra misión en ser hombres y mujeres que quieren vivir como lo hizo Jesús, y de ahí nacerá todo lo demás.
Pidamósle al Dios de Jesús que nos ha convocado en esta tarde, para celebrar esta acción de gracias, que colme de bendiciones a todas las hermanas, comunidades…a la Provincia en su totalidad, que la intercesión de San Francisco de Asís os haga ser fieles y felices en la entrega generosa, y que la mejor manera de recordar, presentar y actualizar a la beata Maria Ana Mogas sea encarnando, personal y comunitariamente el testamento que nos dejó: “Amaos…sufríos…caridad, caridad verdadera…Amor y sacrificio”.


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