
Hoy puede que para muchos de nosotros sea un día de imaginar propósitos, renuncias o promesas. Quizás esto tenga algo de inevitable ahora que nos vemos ya situados en el pórtico de la Cuaresma. Pero si no estamos atentos corremos el riesgo de perdernos y de enmarañarnos, alejándonos de Aquel que nos lleva suavamente a la Pascua.
Pues frente a este peligro de despistarnos, cada uno “procure tener ante los ojos siempre primero a Dios”. Ojalá podamos vivir nuestra Cuaresma así:
Que podamos pensarte
y sentirte al mismo tiempo.
Que podamos creerte y saberte
con nosotros,
en nosotros.
Que podamos inundarnos de ti
diluirnos en ti.
Que entremos en tu flujo
y tu movimiento sea el nuestro.
Y que tu gracia sea la fuente de nuestra virtud
y tu sabia intuición guíe nuestras conciencias.
Que seas Tú, Amor, nuestra única divinidad.
E Ignaciana
No hay comentarios:
Publicar un comentario