LLORO CON LA GENTE QUE LLORA PORQUE SOY HUMANO

Muchos de nosotros hemos crecido pensando que llorar era una cosa de niñas, de débiles. No estaba bien visto expresar lo que uno sentía. Para san Ignacio, en cambio, las lágrimas transmitían mejor que nada su encuentro ante el misterio, tanto es así que es una de las palabras más repetidas en su diario espiritual. Hace muy poco, el Papa Francisco nos repetía que la única respuesta en muchas situaciones, es aquella que viene de las lágrimas. 

Yo hoy lloro. Lloro con la gente que llora. Lloro ante el misterio del sufrimiento. Lloro ante un Dios que se entrega. Lloro ante una madre que pierde a su hijo. Lloro cuando veo personas que dan su vida por otras. Lloro porque no se responder de otra manera. Lloro porque soy hombre, mujer, anciano o niño. Lloro porque soy humano y las lágrimas me lo demuestran.
E Ignaciana

No hay comentarios:

Publicar un comentario