TE SIGO BUSCANDO, SEÑOR


Te busco, tengo sed de ti, necesito encontrarte, necesito verte.

El ruido de la gente no me deja concentrarme por eso subo al edificio más alto pero no te veo.
Salgo de la ciudad, del jaleo, de los coches y llego al campo. Escalo la montaña más alta en tu busca pero tampoco te encuentro.

Quizás no sea suficiente. Más alto, más arriba, siempre con la cabeza alta porque solo arriba podré descubrirte... pero no hallo más que mi propio reflejo.

Entonces vuelvo a mi casa con la cabeza baja, desciendo de mi torre, de mi montaña. Bajo hasta el mundo, hasta el ruido, hasta la gente. Y entonces empiezo a ver algo.

El único camino que sube hasta ti es el que va hacia abajo: el que me lleva hacia los pequeños a los últimos, el que me hace pequeño, el que pasa por lo oculto...

Te sigo buscando, sigo teniendo sed, necesito verte pero sigo descendiendo.

. Ignaciana

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