ROMERO Y LA CELDA ÍNTIMA

“Vivimos muy afuera de nosotros mismos. Son pocos los hombres que de veras entran dentro de sí, y por eso hay tantos problemas. En el corazón de cada ser humano hay como una pequeña celda íntima, donde Dios baja a platicar a solas con el ser humano. Y es allí donde la persona decide su propio destino, su propio papel en el mundo. Si cada hombre o mujer, de los que estamos tan emproblemados, en este momento entráramos en esta pequeña celda y, desde allí, escucháramos la voz del Señor, que nos habla en nuestra propia conciencia, cuánto podríamos hacer cada uno de nosotros por mejorar el ambiente, la sociedad, la familia en que vivimos (Mons. Romero. 10.07.1977)”.

La tumba de san Romero de América impresiona. En el centro del bronce donde los cuatro evangelistas custodian su cuerpo, desde su pecho sale una bolita colorada que simboliza la sangre de su martirio. Es la ‘celda íntima’ que fue para muchos fuente de liberación. Ojalá nos dejemos visitar por Dios y bajemos seguido a beber del agua fresca de la oración, para que seamos capaces de optar por lo que Dios nos comunica en lo profundo de la conciencia: su Reino de amor, justicia y paz.
E Ignaciana

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