CELEBRACIÓN



VÍSPERAS, DÍA 3 DE OCTUBRE DE 2016 

 Hace más de ochocientos años nacía Francisco de Asís, un santo con una influencia trascendental en el ayer y en el hoy. La Iglesia, la sociedad, el arte, la literatura vienen marcadas con su sello. Su vida, sus ejemplos, su palabra, su ideal han arrastrado tras él a multitudes. ¿Sigue teniendo vigencia y atracción hoy? ¿Su palabra de «paz y bien» sigue siendo ansia viva en el corazón de los hombres? ¿Hay anhelos de paz, de alegría, de desprendimiento al estilo franciscano?

Estos tres hombres dicen que sí: (Vamos leyéndolo pausadamente entre todas)

1. El fundador y rector de la Universidad de Milán, Agustín Gemelli, afirmaba con acento de esperanza y desafío:

«San Francisco puede, aun hoy, hacer tornar a los hombres a Cristo, porque su espiritualidad ofrece una especial y directa respuesta a los problemas de la conciencia moderna: inquietud interior, crisis de libertad, tendencia a la acción, anhelo de felicidad,…» (Pausa)

2. Desde Brasil el obispo Helder Cámara proclama:

«Francisco de Asís es uno de esos seres extraordinarios que a través de los siglos, latitudes y longitudes continúa desafiando, cuestionando y conmoviendo constantemente.» (Pausa)

3. El literato Ernesto Pinto, desde la última página de su libro «San Francisco y la revolución social», afirma:

«Este pueblo se salvará no por las armas ni por la violencia ni por la fuerza entronizada, sino por un puñado de hombres que tengan el coraje, al igual que Francisco de Asís, de hacerse puros y de hacerse buenos, transmitiendo hacia afuera el cielo de las propias almas, para que el mundo sea hermoso, la vida justa y cada persona se encuentre de pie en un planeta sin tiranos.» (Pausa)

 Canto: Nació en Asís…

Lectura tomada de los Escritos de San Francisco Leyenda de los Tres Compañeros Nro. 26 Como más tarde él mismo atestiguó, había aprendido, por revelación divina, este saludo: «El Señor te dé la paz». Por eso, en toda predicación suya iniciaba sus palabras con el saludo que anuncia de la paz. Y es de admirar - sin reconocer en ello un milagro- que antes de su conversión había tenido un precursor, que para anunciar la paz solía ir con frecuencia por Asís saludando de esta forma: «Paz y bien, paz y bien». Se creyó firmemente que así como Juan anunció a Cristo, y desapareció al empezar Cristo a predicar; de igual manera este precursor, como otro Juan, precedió al bienaventurado Francisco en el anuncio de la paz y no volvió a aparecer cuando éste estuvo ya presente. Dotado Francisco del espíritu de los profetas, en cuanto desapareció su antecesor, comenzó a anunciar la paz, a predicar la salvación; y muchos que habían permanecido enemistados con Cristo y alejados del camino de la salvación, se unían en verdadera alianza de paz por sus exhortaciones.

 Silencio meditativo

 Señor, haz de mi… (Recitado en forma de salmo a dos coros)

 PETICIONES

1. Por cada ser humano que pasa hambre o tiene que soportar un trabajo inhumano para conseguir el alimento.

Haz que trabajemos por mejorar el mundo, Padre

2. Por cada uno de nosotras, que sabes somos buena gente pero, en muchas ocasiones preferimos no enterarnos de lo mal que viven otros.

Haz que trabajemos por mejorar el mundo, Padre

3. Por los que mueven la economía mundial y por las pequeñas acciones solidarias que cada uno podemos llevar a cabo.

Haz que trabajemos por mejorar el mundo, Padre

4. Por tu iglesia, para que actúe en el mundo como bálsamo, consuelo, apoyo, crecimiento, compromiso, impulso y serenidad, llenando el mundo de tu Amor, tu perdón y tu gracia.

Haz que trabajemos por mejorar el mundo, Padre

5. Por los gobernantes, por todos los que tienen poder económico, espiritual, intelectual o laboral, para que practiquen en todo momento la justicia y el Amor.

Haz que trabajemos por mejorar el mundo, Padre

Recoge Padre nuestros sueños y deseos, para que vayamos, poco a poco, construyendo tu Reino, ese espacio de Paz, Amor, justicia, serenidad y esperanza PADRENUESTRO…

ORACIÓN FINAL (Juntas) 

Dios Padre de amor y misericordia, que otorgaste a nuestro Padre San Francisco de Asís, la gracia de asemejarse a Cristo, por la humildad y la pobreza, por el amor y el servicio, concédenos caminar tras sus huellas para que podamos seguir a tu Hijo Jesús y entregarnos a ti con Amor Jubilosos. Amén.

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