Presta hoy atención a tu vida y a la vida de la gente: ¿Cómo estoy? ¿Cómo están? ¿Son felices? ¿Vivimos con paz?
Acoge a Dios. Disponte a vivir el día en su presencia. Entra en su hogar abierto para todos, casa de comunión donde soñar un mundo nuevo, horno donde se cuece el pan para compartirlo en una mesa común, cítara alegre para acompañar las canciones de los pueblos.
«Toda la vida de Jesús, su forma de tratar a los pobres, sus gestos, su coherencia, su generosidad cotidiana y sencilla, y finalmente su entrega total, todo es precioso y le habla a la propia vida» (Papa Francisco, EG 265).
«Toda la vida de Jesús, su forma de tratar a los pobres, sus gestos, su coherencia, su generosidad cotidiana y sencilla, y finalmente su entrega total, todo es precioso y le habla a la propia vida» (Papa Francisco, EG 265).
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