¿CUANDO LLEGAN LOS VILLANCICOS?

Con el corazón cantamos la gloria de Dios… Y nuestros cantos quieren proclamar la verdad profunda que creemos. Con palabras a veces sencillas y otras veces más complicadas. Con imágenes infantiles que, sin embargo, recogen dimensiones profundas de la vida: la confianza, el abandono, la alegría, la ternura… Es por eso por lo que tiene especial sentido cantar con ilusión, con calma, con quietud, con emoción. Y sentir la oración que está detrás de esas plegarias. Y vivir el encuentro. Y celebrar, un año más, que la gloria de Dios se nos hace visible en lo pequeño…

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