DIOS NUNCA ES INDIFERENTE AL SUFRIMIENTO DE SU PUEBLO


Ser Iglesia en salida es una de las actitudes que deben ser asumidas por todo cristiano, como bien nos recuerda el Papa Francisco. Las comunidades eclesiales de base siempre tuvieron eso como una prioridad. Nacidas y fortalecidas a partir Del Vaticano II, estar presentes en las periferias del mundo, escuchar la voz de quien sufre, una actitud muy presente en la caminada de las CEBs.

El 14° Intereclesial de las Comunidades Eclesiales de Base de Brasil, que desde el 23 al 27 de enero está siendo celebrado en Londrina, estado de Paraná, tiene como tema de reflexión los desafíos en el mundo urbano, basado en el texto de Éxodo 3,7, "Yo vi y oí los clamores de mi pueblo y bajé para liberarlo".

Quien vive su fe en las comunidades de base se dice de Francisco, un Papa siempre atento a la realidad, distante de todo protocolo, que no se queda impasible ante los problemas de la sociedad y de la propia Iglesia, que no se somete al discurso políticamente correcto. Un Papa que habla con gestos, con actitudes, que sabe pedir perdón por sus errores, que antes que con las palabras se expresa con el corazón.

El Obispo de Roma ha enviado, por medio de su Secretario de Estado, Pietro Parolin, un mensaje "a los participantes venidos de todos los rincones de Brasil" para el 14° Intereclesial de las CEBs, algo que no es novedad, pues ya lo hizo en el anterior, celebrado en enero de 2014 en Juazeiro do Norte, la tierra del Padre Cícero, el "santo" del pueblo.
El mensaje papal ha sido leído en la celebración de abertura, llena de simbolismos que recogían la vida e historia de las comunidades de base en Brasil, por el Presidente de la Comisión del Laicado de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, Monseñor Federico Clasen, en la que además de los tres mil delegados y delegadas, representantes de la práctica totalidad de las diócesis de Brasil y de otros países, indígenas, inmigrantes, descendientes de esclavos, se ha hecho presente una representación de la Iglesia local de Londrina, llegando a unas siete mil personas, según la organización.

"Dios nunca es indiferente al sufrimiento de su pueblo", resalta el mensaje, algo siempre presente en la caminada de las CEBs y también remarcado por el arzobispo local, Monseñor Geremias Steinmetz, al comentar el texto del lema del encuentro. Por eso, es necesario, según el mensaje del Papa, "una vida personal donde brille la luz del Evangelio, en una existencia inspirada en el amor y en la solidaridad".


Las "palabras de estímulo y bendición" enviadas al 14° Intereclesial, tienen que ser um modelo a seguir "que pueda ayudar a las CEBs a traer a los desafíos del mundo urbano un nuevo ardor evangelizador y una capacidad de diálogo con el mundo que renuevan la Iglesia". Es obligatorio que las CEBs escuchen "el clamor de los pobres y hambrientos de Dios, de justicia y de pan", para que "las Comunidades Eclesiales de Base puedan ser, en la sociedad y Nación brasileña, un instrumento de evangelización y de promoción de la persona humana", recuperando una dimensión profética perdida en los últimos tiempos.
Ser CEBs es ser "capaz de venir al encuentro de los terribles efectos de la cultura del "descarte", que lleva tantos hermanos y hermanas a vivir excluidos", siendo tratados como "residuos, sobras". En la medida en que esa llamada no sea escuchada se va a perder la esencia, el fundamento de la vida y misión de las comunidades eclesiales de base, la razón de ser de quienes nacieron para ver y oír el clamor del pueblo, para enfrentar los desafíos del mundo urbano o de cualquier lugar donde éstos puedan aparecer.

Sintamos la presencia de ese Dios que "se compromete con la historia", como recordaba Monseñor Geremias Steinmetz. Descubramos una metodología adecuada que permita "llegar al hombre y a la mujer de la ciudad, tan distante y perdido, especialmente en las periferias, a los jóvenes que viven en la carne los problemas más difíciles de la ciudad, como dirigirse a los niños, a las mujeres, a las numerosas víctimas de la diversidad, castigadas por el simple hecho de ser diferentes".

El Intereclesial es tiempo de celebrar, pero también de pensar en nuevos caminos. Que el mensaje del Papa y todo lo vivido en la Celebración de Abertura pueda ayudar a todos los presentes a descubrir aquello que Dios y el pueblo espera de las comunidades de base.
Periodista Digital

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